Andrea Villagrán: soy feminista por vocación democrática
Con 31 años, la diputada Andrea Villagrán es la legisladora más joven del Congreso de la República. También es politóloga, egresada de la Universidad Rafael Landívar y dice que ha velado por los derechos de las mujeres y jóvenas del país desde su cargo. Villagrán, recibió a RUDA en su oficina y nos comentó que siempre quiso participar en política.
Por: Eslly Melgarejo
Originaria de Zacapa, de la aldea los Jocotes, Andrea nos cuenta por qué migró a la ciudad capital de Guatemala. “Soy parte de la población que tuvo que migrar del interior del país por la falta de oportunidades, básicamente de acceso a la educación, salud y oportunidades laborales, pero todos los fines de semana viajábamos a Zacapa. Creo que eso fue muy determinante y me impactó, vivir entre esas dos realidades”, asegura.
Andrea llegó al Congreso en el 2017 y desde entonces participó en dos partidos, Todos y Bienestar Nacional, pero tuvo conflictos por su postura política. Ahora es candidata para continuar en el Congreso con el partido Movimiento Semilla.
Con una agenda a favor de las mujeres, se define como: “feminista por vocación democrática, pero al mismo tiempo con mucha preocupación, porque no hay muchas mujeres jóvenes que estén ejerciendo estos altos cargos de toma de decisión”, explica.
Para conocer sobre el ejercicio de política en el Congreso y en el partido que ahora la postula y otros aspectos de su vida personal profundizamos en algunas preguntas.
¿Cómo ha sido tu experiencia en el Congreso?
De estar constantemente demostrando que se tiene la capacidad y ser mujer y ser joven no es impedimento para participar en política y exigir derechos en un ambiente machista y opuesto a las mujeres.
Ser mujer joven y alzar la voz significa muchas represalias, limitaciones y obstaculizaciones, pero al mismo tiempo significa trabajar de la mano con el movimiento estudiantil, el movimiento de mujeres, de jóvenes y eso da mucha fuerza y legitimidad de lo que se hace en lo interno del Congreso.
¿Cómo te has preparado para incidir en el desarrollo del país?
Venir del interior del país llevó a cuestionarme las desigualdades, eso fue parte del por qué decidí estudiar Ciencia Política, soy politóloga de la URL, y participé en el movimiento estudiantil, fui presidenta de la facultad de políticas y siempre estuve muy inquieta en relación a la realidad de nuestro país.
Siempre me chocaba estudiar política y saber que en mis libros Guatemala era todo lo contrario a lo que establecía la democracia y la teoría, era muy fuerte ese contraste y siempre tuve la inquietud de participar en política, ver cómo podría contribuir, eso me llevó a trabajar en colectivos sociales, en voluntariados en el mismo movimiento estudiantil y eso me motivó a participar en un partido político a pesar de las adversidades del sistema.
Siempre tuve la convicción que si queremos transformar la política y no estamos de acuerdo de cómo se gestiona, en mi caso con un hartazgo increíble hacia la forma de cómo se está gestionando nuestro país, la única forma de hacer esas transformaciones que queremos es participando dentro de la política, para limpiarla desde adentro.
¿Cómo iniciaste en la política?
Inicié en el año 2015, cuando surgieron las manifestaciones en la plaza de la Constitución, cuando la CICIG (Comisión Internacional contra la Impunidad) y el Ministerio Público y la FECI (Fiscalía Especial contra la Corrupción) de ese momento, publicaban casos de corrupción que nos llenaban de indignación. Fui parte de esas manifestaciones.
En ese año, se me acercó el Partido TODOS y me hacen la invitación de participar, yo acepté y no iba encabezando ningún listado. Mi intención era conocer la participación política y la vida partidaria para empezar a involucrarme con la convicción de que no podemos dejarle el espacio a los mismo de siempre, y que para hacer esas transformaciones tenemos que estar adentro.
Participé y no resulté electa. Finalizó el proceso electoral y el partido tomó su distancia. En el 2017, resulta que los que iban encabezando ese listado (entre ellos Christian Boussinot) estaban involucrados en casos de corrupción, señalados por la CICIG y el MP.
Christian se ve obligado a retirarse, llaman la tercera casilla, Guillermo Andrés Castillo Ruiz, también involucrado en otro caso de corrupción, pero urgía completar el quórum en el congreso y revisando el listado llegan a mí.
No podían tener vacantes, porque estaban por conocer el antejuicio en contra de Jimmy Morales, por financiamiento electoral ilícito. El día de mi juramentación, 5 de septiembre de 2017, se conoció el antejuicio de Morales, y ese mismo día voté a favor de quitarle la inmunidad y eso generó el descontento con el partido político que me postuló y que marcó un antes y un después, porque desde allí me desconocieron como parte de la bancada.
¿Crees que se ha designado el papel político de las mujeres a otros puestos y no en lugares de liderazgo público?
Sí. Totalmente. Y lo vemos sobre todo en la participación política, en cómo se relegan a las mujeres, sobre todo a puesto que no necesariamente van en las primeras casillas o en toma de decisión dentro de los partidos.
Muchas veces vemos cómo hay mujeres, que están liderando a las comunidades a las que pertenecen y son parte de la toma de decisiones a nivel local, pero cuando es la postulación de los partidos políticos o deben de estar al frente de estos puestos, normalmente ya son los hombres los que van.
Eso implica muchas barreras estructurales o cuestiones a nivel personal, y vinculantes al tema de financiamiento, porque muchas mujeres no tienen los recursos económicos y los partidos políticos no les apoyan en este tema, entonces se tiene una baja participación de las mujeres en política.
Esto sumado a las grandes estructuras y barreras como el machismo, que se utiliza a la mujer sólo para llamar al voto, para organizar las actividades, tomar asistencia o servir el café, pero no para tomar decisiones en los partidos políticos.
En el congreso somos 32 diputadas y vemos que no avanza la agenda legislativa a favor de los derechos de las mujeres.
¿Por qué decides reelegirte para diputada?
Considero que he trabajado en función de una agenda muy clara, que ha sido la defensa de los derechos de las mujeres y derechos de a las juventudes, sobre todo con el eje transversal de la transparencia y la lucha en contra de la corrupción.
Considero que ha sido un trabajo demostrado y coherente, ético, digno y tiene mucha legitimidad. He buscado ser esa voz que ha sido invisibilizada históricamente, he reconocido mi rol histórico, porque al final si yo estoy en este espacio de toma de decisión y soy diputada hoy en día, ha sido gracias a la lucha de muchas mujeres para que hoy se nos garanticen los derechos.
A las mujeres nada se nos ha regalado, todos los derechos que tenemos han sido procesos de lucha, donde incluso muchas mujeres han perdido la vida.
Gracias a esas luchas podemos decir que hoy podemos ir a estudiar, podemos ir a la universidad, podemos participar en política y estar de diputadas en el congreso.
También tengo una responsabilidad para abrir espacio para que más mujeres estemos en política y que finalmente se reduzcan esas brechas de desigualdad.
He mostrado una agenda legislativa, he trabajado en conjunto con las mujeres para garantizar esos espacios, he tratado de mantener esa legitimidad en los procesos que he realizado, además de tener una trayectoria política incuestionable en términos de votaciones legislaciones.
Muchas veces se me recrimina por el cambio de partidos políticos, pero la verdad es que esos partidos me han sacado, porque no respondo a sus intereses procorrupción y tengo un trabajo legislativo y una trayectoria política muy coherente, ni un solo voto cuestionado, al contrario, he defendido los derechos de la población y eso en un sistema político como Guatemala muchas veces significa represalias.
Quisiera continuar con la agenda legislativa que se ha trabajado desde hace varios años y darle continuidad a iniciativas de ley tan importantes como la paridad, para garantizar la participación política de las mujeres en los espacios de toma de decisión reales, las candidaturas 50-50.
También para continuar apoyando leyes importantes y polémicas, como puede ser la ley de fomento a una menstruación digna en Guatemala. Sólo hablar y decir que la menstruación es política ha representado muchas incomodidades al sistema.
Tenemos a un 60% de la población que vive por debajo de la línea de pobreza y la mayoría somos mujeres, tenemos que estar constantemente decidiendo si compramos estos productos de gestión menstrual o si compramos una libra de frijol o arroz, es parte de nuestra canasta básica y es algo que se ha invisibilizado, son limitantes que nos afectan como mujeres en una sociedad plena.
También estamos trabajando en la ley de salud integral para las mujeres, porque actualmente a las mujeres se nos ve como que fuéramos un “útero con pies”, como que sólo debemos de encargarnos de la maternidad y listo, y en función de eso se nos dan los programas de salud.
¿Cual es tu iniciativa de ley favorita a favor de las mujeres?
A favor de las mujeres, tengo varias iniciativas de ley favoritas que he presentado, como 12 o 15 iniciativa de ley.
Talvez una de mis favoritas y más recientes ha sido la Ley Marco, para la atención y la prevención en contra el acoso sexual y callejero, que son demandas y exigencias legitimas también del movimiento de mujeres, principalmente estudiantes universitarias, quienes ha hecho ver que pasa en los centros universitarios, centros que deberían de ser espacios seguros y que lamentablemente se han convertido en espacios de acoso.
Esto sin mencionar el acoso que vivimos diariamente nosotras las mujeres en las calles, en los espacios laborales, educativos, escolares y que son realidades que deben cambiar, merecemos vivir una vida libre de violencia y porque el acoso no es normal, el mejor piropo es el que no se dice, y para eso tenemos que hacer un proceso de concientización y de penalización, porque no está bien que se ejerza ese tipo de violencia sobre nosotras las mujeres.
¿Si pudieras elegir 3 deseos feministas cuáles serían?
Que se apruebe la Ley contra el acoso sexual y callejero, sobre todo para la prevención porque es fundamental.
También la ley de Paridad, alternancia e inclusión de pueblos indígenas, para tener un país más democrático. Y en esa medida avanzar hacia el país más desarrollado que queremos.
Y la ley de desarrollo económico para las mujeres, para garantizar el acceso a recursos económicos.
Empoderar a una mujer, es empoderar a una comunidad entera.
Ahora cuéntanos ¿cuál sería tu poder de ciencia ficción a elegir?
¡Uy! ¿De ciencia ficción? Eso no lo había pensado… Mmmm, no sé, a lo mejor poder teletransportarme a otros espacios o duplicarme y viajar en el tiempo.
Tenemos muchas demandas por parte de las organizaciones de mujeres, una demanda enorme y a veces toca estar en muchos espacios al mismo tiempo, a veces siento que el tiempo no me alcanza las 24 horas.
Quisiera que durara más tiempo del día, porque los derechos de las mujeres han estado abandonados y no hay muchas mujeres trabajando para esta agenda.
Generalmente a las mujeres en política se nos ha criticado mucho o se nos crítica el doble, porque al estar en política normalmente genera desconfianza, pero muchas veces se ve que a las mujeres se nos exige más que a los congresistas.
En mi caso he tratado de mostrar que he hecho un trabajo digno, trabajo en informes anuales para evidencia y rendir cuentas al pueblo, sin embargo, muchas veces se critica más quiénes están alrededor o quién es la sombra de quién, en lugar de ver la trayectoria de las personas.
En mi caso tengo una trayectoria limpia, intachable, y justamente por esa trayectoria he tenido varios reconocimientos, tanto a nivel nacional como internacional, por la defensa de los derechos de los migrantes, de las juventudes, de las mujeres y mantener la lucha en contra de la corrupción.
No podemos permitir que se tomen decisiones sin nosotras, porque sin mujeres no hay democracia.