Amaranto: autosostenibilidad y nutrición

El amaranto fue uno de los pilares de la alimentación de los pueblos originarios desde antes de la invasión, proporcionaba una alimentación balanceada. Sin embargo, al tener una relación cosmogónica con la planta, los invasores incorporaron el trigo, sustituyendo al amaranto.

El robo no solo fue cultural, histórico sino también desde la alimentación. Una planta que aporta muchísimo al desarrollo de la población por su alto valor proteico, mayor al 17%.

El amaranto es de esas plantas que no desperdicias nada. La hoja de amaranto tiene más hierro que la espinaca, lo que la hace ideal para evitar la anemia que afecta principalmente a mujeres embarazadas y a niños.

Aporta alimento a la familia a lo largo del ciclo de cultivo por su abundante producción de hojas, que son ricas en vitaminas, proteínas y minerales, entre los que destaca el hierro, además del calcio y el fósforo.

Actualmente se encuentran diversas iniciativas recuperando el cultivo, para proveer autosostenibilidad económica y nutrición en las familias.

Este es el caso de la Asociación Oxlajuj E, que cada año, cien mujeres de diez comunidades y caseríos de El Tablón y Pixabaj, Sololá, Guatemala producen amaranto para sus familias y generar ingresos para su sostenibilidad.

Cultivos sostenibles y autogestivos.
#LasQueLuchan  #AbyaYala
Fuente Amaranto, historia y promesa.

Ketzali Awalb’iitz Pérez Pérez

Soy joven, mujer, maya poqomam. Feminista y antiespecista. Estudiante de  Licenciatura en Música y Licenciatura en Arte Dramático. Creadora de letras y música que surge a partir de mi encuentro con el mundo y sus matices, actriz, zanquera y gestora cultural. Me construyo conjuntamente con mis amigas en búsqueda de la justicia, la ternura y la emancipación de nuestros cuerpos.

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