Caso Masacre de la Aldea El Aguacate

Estatus del caso: Sentencia condenatoria el 11 de julio de 2014, modificada la pena el 18 de octubre de 2018.

Felipe Solano Barillas integrante de la Organización Del Pueblo en Armas (ORPA) fue procesado por la masacre cometida en contra de 22 campesinos de la aldea El Aguacate en San Andrés Itzapa, Chimaltenango, condenado a 90 años de prisión. En el juicio, las viudas testificaron sobre la búsqueda, localización e identificación de los 22 campesinos que fueron ahorcados y estrangulados tras acusarlos de colaborar con el Ejército en medio de ofensivas militares.

Víctimas: 22 personas

Lugar y fecha de los hechos: Aldea el Aguacate, municipio de San Andrés Itzapa, departamento de Chimaltenango – 22 al 26 de noviembre de 1988.

Acusado: (1) Fermin Felipe Solano Barillas 

Delito: Delitos Contra Deberes de Humanidad en concurso real con el de Asesinato.

Pena interpuesta: 90 años de prisión, el 18 de octubre de 2018, modifica la pena a 580 años de prisión.

Ruda

RUDA surgió en 2017 entre reuniones e ideas del consejo editorial de Prensa Comunitaria bajo la necesidad urgente y latente de tener un espacio digital en dónde evidenciar, publicar y visibilizar las luchas de las mujeres. Mantener la memoria VIVA de casos históricos como el Caso Molina Theissen, el caso de las abuelas de Sepur Zarco y el Caso de las 56 niñas en el Hogar Seguro Virgen de La Asunción. Un espacio sembrado y formado con miradas feministas, comunitarias y sobretodo resilientes ante la violencia contra las mujeres en el mundo. En noviembre de 2018 accedimos a un pequeño fondo del Fondo de Acción Urgente - FAU, en un encuentro entre activistas, abuelas, jóvenes, indígenas, mestizas, brujas, chamanas, ancestras, sanadoras y defensoras del territorio de Abya Yala en Paraguay, nos dimos cuenta de la necesidad de cómo y porqué visibilizar esas luchas históricas de las defensas de los territorios por las mujeres y trascender de lo nacional a lo continental, colocarles nombre, historicidad, palabra, amor, ternura, arte y sobretodo una memoria viva que mantenga presentes nuestras luchas en el mundo y la era digital, pero que también nos llevó al camino de reencuentro consciente con nuestros cuerpos y territorios personales como fundadoras de la revista.

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