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Yassmin Barrios: la sentencia del 2013 sirvió para conocer y escuchar sobre la historia reciente de Guatemala

Fotografía: Nelton Rivera

Han pasado 8 años desde aquel 10 de mayo de 2013, cuando se declaró culpable de genocidio al general José Efraín Ríos Montt por avalar y ejecutar planes de exterminio desde el Estado en contra de 1 mil 771 personas maya Ixil, el desplazamiento forzoso de 29 mil más, y de nueve casos de violencia sexual contra mujeres y tortura, según el Tribunal de Sentencia Primero A de Mayor Riesgo presidido por la jueza Yassmin Barrios e integrado por la jueza Patricia Bustamante García y el juez Pablo Xitumul de Paz.

Aunque la sentencia fue anulada diez días después por la Corte de Constitucionalidad (CC) que obligó a repetir el juicio, este día pero hace 8 años atrás, se reconoció por primera vez el testimonio de 90 personas maya Ixil que describieron la forma sádica, perversa y con extrema violencia e inhumanidad con que fueron atacadas durante el Conflicto Armado Interno en los años 80, durante el gobierno de facto de Ríos Montt, por parte del Ejército y de las Patrullas de Autodefensa Civil (PAC).

“A mi hija le abrieron el pecho y le sacaron el corazón ¿Qué culpa tenía mi hija?” (Testimonio de mujer maya Ixil el 2 de abril del 2013)

Las personas maya Ixil que brindaron su testimonio en esa ocasión, eran sobrevivientes, familiares o testigos, que narraron detalles de las acciones que estaban documentadas en el Plan Victoria 82, que formó parte de la Operación Sofía donde se establecían acciones para acabar con población civil maya Ixil.

En ese sentido, la sentencia de 718 páginas y el veredicto en contra de Ríos Montt representa un hecho sin precedentes sobre el acceso a la justicia para las víctimas por genocidio y crímenes de lesa humanidad.

“Mataron a mí mamá, luego cortaron la milpa y la amontonaron encima de mi mamá” (Testimonio de hombre maya Ixil el 20 de marzo del 2013)

Para la jueza Yassmin Barrios, la sentencia también representa mucha riqueza en lo que refiere a la participación de los Pueblos Indígenas y en el sentido histórico, debido a que las personas han podido conocer lo que sucedió en la historia reciente guatemalteca.

“Se dio participación a los Pueblos Indígenas, se contó con personas que conocían las lenguas mayenses y se hizo interpretación a través de traductores que llenaron importantes espacios”.

Para la población joven o que no conocían esta situación que se produjo años atrás, la sentencia del 2013 también sirvió para que pudieran escucharla y conocerla directamente, añadió la jueza.

“A los adultos les disparaban y los tiraban al río, a los niños sólo los tiraban al río y de plano se ahogaban y morían”. “Qué culpa tenían los niños de tres meses, ellos decían que eran guerrilleros”. (Testimonio de hombre maya Ixil el 21 de marzo del 2013)

El juicio contra Ríos Montt y José Mauricio Rodríguez Sánchez comenzó el 19 de marzo de 2013 y según Barrios tuvo importancia a nivel nacional e internacional por la clase de delitos que se juzgaron, que son interés para todo ciudadano del mundo “porque la dignidad y el respeto a los derechos humanos es fundamental en cualquier país”, además porque la sentencia se dictó en el marco de la obligación que los jueces guatemaltecos tienen de atender y responder a la solicitud de justicia de la población.

“La sentencia se dictó dentro de un marco legal nacional e internacional. Los jueces que juzgamos somos guatemaltecos y estábamos dentro de nuestras funciones judiciales. Los procesos llegan al Tribunal y tenemos obligación de juzgarlos y darles una respuesta a las personas que están precisamente luchando por el acceso a la justicia”.

Debido a que todas las audiencias fueron orales y públicas, se realizaron adentro de la sala de audiencias de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y las personas tuvieron acceso de manera presencial o de manera remota a través de la cobertura que le dieron los diversos medios de comunicación.

“Los medios de comunicación tuvieron acceso y le dieron difusión al proceso, de tal forma que todo mundo pudo tener conocimiento de todo lo que estaba ocurriendo en el sistema de justicia y los jueces fuimos objeto de constante evaluación por parte de los medios de comunicación, el público, gente de diversas universidades, catedráticos”.

En esa ocasión, para la jueza se resolvió con objetividad y con transparencia y todas las personas pudieron escuchar y ver quiénes estaban declarando porque “se respetó el debido proceso, se respetó el derecho de defensa, se respetaron todas las garantías constitucionales y procesales”.

“Pido justicia para que mis hijos no vean eso” (Testimonio de hombre maya Ixil el 20 de marzo del 2013)

Esa sentencia se dictó como un resultado del momento en que las victimas maya Ixil acudieron a la Corte Interamericana de Derechos Humanos porque no se les había hecho justicia en Guatemala y esa corte ordenó al Estado de Guatemala que se investigara, se juzgara y se sancionara sobre ese tema, por eso la sentencia se dictó dentro de un marco legal. “La sentencia es parte de la historia de Guatemala, del Organismo Judicial y del fortalecimiento del sistema de justicia que con pocos recursos humanos y materiales pudimos llevar a cabo un debate de esa naturaleza”

“Abusaron de mí toda la noche, fueron como veinte soldados, pero al final perdí la conciencia” (Testimonio de mujer maya Ixil el 2 de abril del 2013)

Cuando se dictó la sentencia la jueza Barrios aseguró que se hizo la valoración acerca de las declaraciones que brindaron las mujeres maya Ixil que fueron objeto de violencia sexual durante el Conflicto Armado, “recuerdo que en esa audiencia las mujeres fueron muy valientes y venciendo el miedo dieron a conocer todos los atropellos de los cuales fueron objeto en esa época”.

Doce mujeres maya Ixil finalmente lograron ser escuchadas y brindaron sus declaraciones ante el tribunal, ante la sociedad y ante el mundo.

“Nos llevaron al destacamento y allí nos violaban muchos soldados, yo estuve diez días y me violaron muchas veces y a otras mujeres también.” (Testimonio de mujer maya Ixil el 2 de abril del 2013)

Para la jueza Barrios el impacto que tiene que estos casos se conozcan es muy importante “porque es un ejemplo de cómo las mujeres a través de su esfuerzo pueden denunciar ante los tribunales y exigir que se haga justicia, también es un ejemplo para que otras mujeres, independientemente del contexto en el cual estén, puedan venir al sistema de justicia y se les haga justicia para todas y para todos, porque no es solo para las mujeres, también para cualquier ciudadano que es objeto de alguna injusticia, al saber que hay órganos jurisdiccionales que pueden administrar la justicia y que ese es su deber y que se puede cumplir”

Además, de hacer la denuncia en el Ministerio Público y exigir la agilización de los procesos, “es muy importante que las victimas puedan estar acompañadas de una organización o una asociación que les de el apoyo a nivel psicológico y a nivel jurídico y que esa asociación pueda constituirse en querellante adhesivo y compartir y colaborar con el MP en el ejercicio de la acción penal. Eso es fundamental para las víctimas, porque es un mecanismo que suele promoverse para que los procesos avancen mucho más”.

“Vengo a pedir que se haga justicia, investigación y aclaración por lo que sufrieron las comunidades” (Testimonio de hombre maya Ixil el 20 de marzo del 2013)

Las personas que trabajan en el sistema de justicia guatemalteco, en palabras de la jueza Barrios, deben tener coherencia en sus actos y también la mística de servicio, para que persista el deseo de contribuir con su trabajo a darles el acceso a las víctimas que demandan justicia

“Guatemala es un país donde debe seguir floreciendo la democracia, el respeto a la dignidad de todas las personas y recordar que todas y todos tenemos que tener acceso a la justicia. Que nuestro mejor anhelo sea tratar de vivir en paz, en donde se respeten los derechos fundamentales de todas las personas y no se haga acepción de ninguna naturaleza”.