Soy Ajq’ij, no me catálogo sanadora. Somos ajq’ij, acompañamos mujeres, equilibramos, encauzamos sus energías. Pero prefiero ser llamada ajq’ij.

Soy maya kaqchikel y bueno viví, y nací aquí en Atitlán, crecí en un territorio kaqchikel. Mi abuelo era de San Antonio Palopó y mi abuela de Sololá.

Mis años gregorianos son 34. Entonces, según mi cálculo si no me equivoco, mis años lunares son 46-44 no tengo el dato exacto ahorita, pero he estado indagando mi tiempo dentro de la cosmovisión maya pues qué diré ha sido desde el inicio de mi vida, mi existencia, porque mi abuelo materno era ajq’ij y mi bisabuelo paterno también era ajq’ij. Entonces desde pequeña tenía esas ideas aunque precisamente por la invasión que sufrieron nuestros territorios pues trataron de meterme en la religión, precisamente en la religión católica.

Me llevaban en esa línea, pero yo sabía que no pertenecía a esa línea. Desde muy pequeña me involucré en actividades culturales pero muy propias de la comunidad acompañado de varios abuelos ajq’ijab’.

Los abuelos me decían que mi trabajo era ser ajq’ij, que mi misión era ser ajq’ij entonces que iba a llegar el momento. Abiertamente mujeres ajq’ijab’ en estos territorio casi no hay, hay muchas pero que trabajan desde su casa encerradas y todo eso por todo el tema de la violencia y la criminalización.

Sigue escuchando la palabra de Naan Vilma en este vídeo…

Intención / Equipa de Reflexión Editorial para la sanación RUDA mujeres + territorio
Pre-Producción y Producción/ Celeste Mayorga – Ketzalí Awalb’iitz Pérez Pérez
Postproducción/Marco Juracán

Para protección y seguridad de las compañeras que han sido criminalizadas por su labor políticas y sus saberes, resguardamos su identidad física, así mismo convocamos al poder del fuego y de su palabra para su protección y de todas las que buscan otros y mejores mundos)