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Sara Curruchich lanza el vídeo de Ixoqi’: “nosotras estamos vivas, somos parte de una cultura viva.”

Fotografía: Ruda - Fotografía: Cristian Dávila

Sara Curruchich, cantautora guatemalteca maya kaqchikel, lanzó en junio de 2020 en España su disco Somos, bajo el sello discográfico Mamita Records, el cual fue grabado y producido en Francia, España y Guatemala. Éste, su disco debut, está conformado por 13 canciones inspiradas en los pueblos originarios, las luchas, la cosmovisión maya y el caminar de las comunidades.

Dentro del material discográfico, se incluye la canción Ixoqi’ en colaboración con la cantautora española Amparo Sánchez, líder del grupo Amparanoia. Ixoqi’ significa “mujeres” en kaqchikel, y es un canto al conocimiento, la fuerza y la valentía de las ancestras y mujeres mayas; en ese sentido y en el marco del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, que se conmemora el 9 de agosto, Sara presenta el vídeo de la misma canción, en el que se puede observar a niñas y adolescentes de distintas comunidades indígenas, quienes representan la lucha de los pueblos. Además, también lanza una campaña de empoderamiento hacia mujeres, jóvenes y niñas indígenas a través de la música, la reflexión y el diálogo.

Sobre el vídeo musical y la campaña

El audiovisual de Ixoqi’, fue grabado en comunidades de Sololá y San Marcos, y con él, Sara busca sensibilizar a las y los jóvenes mayas sobre la importancia de romper con los roles de género e identidad a causa del racismo y el patriarcado, además de empoderar a las niñas y mujeres a romper ciclos de violencia, la cual se ha incrementado en el contexto actual por la covid-19.

La campaña, también de nombre Ixoqi’, se inaugura con el lanzamiento del vídeo musical, y da inicio a una serie de actividades en las que también se sumaron varios establecimientos educativos de nivel básico, maestras y mujeres jóvenes activistas guatemaltecas, incluyendo a Sara en la participación de varios foros virtuales con más de 1000 estudiantes, en los que busca poder crear diálogo y reflexiones entre niñas, adolescentes y mujeres, y con ello promover la importancia de una vida libre de violencia.

¿De dónde nació la idea de esta campaña y qué impacto esperas que tenga?

“Una de las motivaciones ha sido que muchas veces nos cuestionan a nosotras como cantautoras y mujeres indígenas, nos dicen que por qué tenemos que hablar de política o de racismo, y muchas veces nos encontramos con discursos que nos dicen que hablar sobre el tema del racismo es dividir a Guatemala, que es crear polémica y que no debería ser así porque todos somos guatemaltecos, y nos invisibilizan a nosotras como mujeres indígenas.

Siempre está ese cuestionamiento de por qué tenemos la necesidad de hablar de eso, que deberíamos quedarnos calladas, y como consecuencia de las acciones del Estado, muchas veces la gente está acostumbrada a que las mujeres indígenas únicamente estemos como una estampa en la que nos puedan folclorizar, invisibilizan totalmente nuestros derechos, la organización política de las comunidades, nos sexualizan y exotizan.

Entonces ésta ha sido una de las motivaciones de la campaña, porque muchas veces pretenden que sigamos quedándonos calladas y permitiendo que nos sigan violentando de esa manera, porque por ejemplo, lo aceptado de una mujer indígena es que sea sumisa, que esté callada, y que esté como un adorno y esto es algo que queremos romper.

Por todo ello, a mí me gustaría aportar mostrándolo a través de esta campaña, porque hay violencias muy directas hacia las mujeres indígenas y muchas veces no se habla, y si bien hay muchas luchas contra la violencia que vivimos todas las mujeres, hay diferentes situaciones y miradas para las mujeres indígenas.”

La convicción artística de Sara

Ante la decisión personal de convertirse en una artista que hace música que toca temas importantes, con un sentido de lucha y resistencia, Sara comenta: “Hay muchas situaciones violentas que de alguna manera nos atraviesan como pueblo y como mujeres, indígenas específicamente, y ha sido todo un proceso porque muchas veces cuando no tenemos la conciencia de lo que son las diferentes manifestaciones del racismo, que también ha sido bastante naturalizado en nuestros propios espacios y en nuestro mismo país, no nos damos cuenta que el racismo nos violenta no solamente psicológicamente, sino que violenta también a nuestros cuerpos y a nuestros espíritus.

Ese fue uno de los procesos por los que yo pasé justo cuando tuve la necesidad de migrar de Comalapa para la ciudad, fue un proceso bastante complicado y muy doloroso en su momento porque diariamente me veía expuesta ante situaciones que me violentaban, pero sobre todo a cuestiones de racismo y pues, poco a poco todo esto me hizo cuestionar mucho sobre las palabras, miradas, sobre por qué la gente reaccionaba de manera diferente conmigo que con otras compañeras, todo era totalmente diferente.”

Además, agregó que esas vivencias la llevaron a un proceso no solamente de encuentro, más bien también del fortalecimiento de su identidad y a lograr reconocer que no era ella quien estaba mal, sino que era toda una sociedad que sigue reproduciendo y normalizando mucho el racismo.

“Yo sabía que lamentablemente no era la única ni la última mujer que atravesaría eso, hay otras que lo han atravesado de una manera mucho más fuerte, como nuestras abuelas, nuestras mamás; entonces decidí empezar a hacer música en donde pudiera hablar sobre los pueblos, sobre la tierra, como una manera de hacerle saber a toda la gente y hacerme saber a mí que hacerlo no estaba mal, sino que es una manera de hacernos saber que nosotras estamos vivas, que somos parte de una cultura viva, que somos parte de un legado milenario, que tenemos derechos y que tenemos ese derecho de vivir una vida libre de racismo, y eso es algo que nos hace falta escuchar cuando somos niñas, que nos digan que ser parte de un pueblo indígena no te tiene que hacer sentir inferior.”, agregó.

Entre las mayores motivaciones de la cantautora para empezar a hacer música que acompaña muchas luchas y la sanación de los pueblos mayas, también está el querer compartirla con y para las niñas, mujeres y pueblos; visibilizar lo que creen y hacen con la cosmovisión y la conexión que la misma tiene con la existencia y la defensa de la tierra. “También para que toda la gente sepa que los pueblos originarios tienen una historia y que mantienen una memoria, y que están luchando también para encontrar justicia real ante las atrocidades que se han marcado mucho la historia del Estado hacia los pueblos originarios.”, dijo.

Por otro lado, también dentro de sus motivaciones está el deseo de poner en el oído de muchas personas, una propuesta distinta, no lo que se escucha en las radios comerciales normalmente. “Yo me preguntaba: “¿por qué la gente no quiere escuchar algo que tenga que ver con una montaña o que hable sobre los pueblos?”, y algo que aprendí es que a las radios no les interesa reproducir algo sobre esto, porque también responden a ciertos intereses… la música puede sacudir consciencias, puede generar movimiento de masas, puede generar articulaciones, y pues obviamente esto a veces no les conviene a muchas personas, y por eso, aunque haya muchas propuestas en diferentes lugares, en los pueblos, en las que se aborden temas de la defensa del territorio o de nosotras las mujeres indígenas, no es algo que les traiga algún beneficio.

De todos estos cuestionamientos se fortalece la idea de querer hacer música para la sanación, para poder reencontrarnos, para fortalecer, para soñar y aportar a una revitalización de nuestra fuerza, de nuestra identidad, nuestra dignidad, nuestra memoria o nuestra historia.”, agregó Sara.

¿Cómo ha impactado en tu vida tocar estos temas importantes para la sociedad en tus canciones?

“Me ha permitido como Sara, poder tener un crecimiento personal, poder encontrarme y sanar muchos de mis miedos, temores y dolores… con la música. De alguna manera por eso sueño y anhelo poder compartirlas porque no sé si haya alguien que pueda también abrazar esas canciones.

En mi vida, una de las cosas más impactantes es que me ha permitido encontrar una articulación muy grande con las mujeres, y gracias también a este caminar con la música me ha permitido deconstruir muchas de las cosas que tengo, soy una aprendiz con ella. He tenido mucho apoyo, he encontrado a muchas otras mujeres que creen en el arte como herramienta política, como posicionamiento político de sanación y transformación, que es algo hermoso.

Por otro lado también me he encontrado con situaciones en las que hay personas que creen que no tenés que hablar de eso porque no te corresponde, simplemente tratan de silenciarte… he tenido amenazas por tener un posicionamiento y esto es una de las consecuencias de cómo esa violencia está naturalizada, porque la gente cree que tiene el derecho de desearte cosas tan terribles, de mandarte mensajes amenazándote a muerte sin tener ninguna consecuencia, o de tener esa osadía de decirte que te callés porque si no te van a matar, son amenazas que también utilizan para amedrentarte y que te quedés callada ante las tantas desigualdades y violencias que pasamos, porque claro, una les va tocando su privilegio, una va cuestionando lo que están pidiendo y el propio sistema en el que vivimos y eso no les conviene a muchas personas y grupos, pero ante esto nos mantenemos fuertes; digo que nos mantenemos porque ante esto mi familia, la de sangre y la del tiempo… me han dado mucho apoyo y cariño y les estamos haciendo saber que no estamos solas y que estamos contra todo esto que muchas veces intentan para que nos callemos.

En mi vida, la música ha tenido un impacto muy grande porque me ha hecho reflexionar, cuestionar, me ha permitido construir y reconstruir con muchas otras personas y esto lo agradezco bastante. Por supuesto, también me ha ayudado desde este espacio musical, aportar a la visibilización de estos males estructurales que siguen creando injusticias y desigualdades para nosotras.”

El vídeo musical de Sara ya se encuentra disponible en la plataforma digital YouTube.