RUDA

View Original

RISE en el 25N: ¡Ni en la pública, ni en la privada seremos acosadas!

La Red Interuniversitaria Seguras y Educadas (RISE) es una organización conformada por estudiantes de distintas universidades de Guatemala. Desde su formación, en 2020, trabajan para la prevención y erradicación de la violencia sexual en estas instituciones. El 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, recorrieron el Centro Histórico junto a otras colectivas de mujeres.

Algunas de las más de cuarenta integrantes de RISE se reunieron en un restaurante ubicado frente a la Plaza de los Derechos Humanos, en zona 1 de la ciudad capital, el 25 de noviembre. Junto al Observatorio Contra el Acoso Callejero (OCACGT), participarían en la marcha convocada por organizaciones de mujeres en conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Fueron parte del bloque número 10, conformado mayormente por mujeres jóvenes, de la marcha que recorrió las principales calles y avenidas del centro histórico.

“¡Seguridad! ¡seguridad! En la U al estudiar”

Con la ayuda de un megáfono, las integrantes de RISE hicieron escuchar las consignas que prepararon para la movilización por segundo año consecutivo. Por medio de ellas, buscaban visibilizar el acoso sexual como una problemática pública en el país. “En la calle al caminar, en la U al estudiar, acoso es violencia, ¡ya dejen de acosar!”, exigía una de ellas. 

La principal exigencia de la organización es que el acoso sexual sea tipificado como delito, objetivo que comparten con el OCACGT. Según Claudia Morales, integrante de RISE, buscan que se reconozca que las estudiantes universitarias experimentan esta problemática en los espacios educativos. “Necesitamos que las autoridades respondan ante esto con la creación de mecanismos, protocolos y rutas de atención que son indispensables para la prevención de este tipo de violencia.  Deben también crear espacios para denunciarlo y que así se generen respuestas pertinentes y procesos de justicia dignos y reparativos para las personas que lo viven”, señaló.

RISE reconoce la importancia de que mujeres jóvenes participen en espacios de denuncia, como la marcha del 25N, pues les permite posicionar las demandas que como universitarias tienen a partir de los tipos particulares de violencia que experimentan. “En el espacio universitario vivimos acoso sexual. Marchamos para reconocer las violencias que día a día vivimos y que están normalizadas e invisibilizadas. Hoy nos hacemos escuchar y exigimos en el espacio público nuestros derechos”, expresó Morales. 

En conjunto, RISE y OCAGT marcharon juntas en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. “Creemos que el trabajo colectivo y el unir fuerzas puede facilitar procesos y generar más peso. Marchamos de la mano para posicionar esta problemática y que seamos escuchadas”, explicó Claudia Morales. 

Para el 25N del 2022 crearon una Manifiesta feminista por la seguridad de las mujeres, la cual fue leída al finalizar la marcha en la Plaza de las Niñas. “¿Cómo responder ante tanta violencia? Nosotras hemos optado por la articulación feminista y alzar nuestras voces, por eso estamos acá reclamando la libertad que el Estado, las universidades y las distintas instituciones en las que nos desenvolvemos nos arrebatan todos los días”, establecía el documento. 

La problemática 

En noviembre del 2022, RISE presentó el Estudio Exploratorio sobre Acoso Sexual en las Universidades Privadas que trabajaron. Los hallazgos que obtuvieron las motivaron a continuar trabajando por la erradicación de esta problemática y a participar en la marcha realizada en el marco del 25 de noviembre. La obtención de cifras sobre este fenómeno permite dimensionarlo y, a partir de ello, generar respuestas pertinentes. 

El acoso en las universidades privadas se vive en una comunidad de encubrimiento y silencio concertado, señaló Lucía Sierra. No sucede en espacios oscuros o con poca gente. Más bien, la mayoría (39.7%) sucedió en espacios académicos, como salones, auditorios, laboratorios y bibliotecas. “En estos espacios hay mucha visibilidad, lo que significa que las personas que acosan se sienten cómodas haciéndolo. Hay una cultura que permite el acoso y que es neutral ante estas agresiones, por eso es tan fácil para los agresores”, expresó. 

El 66.7 % de las personas que denunciaron afirmaron conocer a sus agresores. La mayoría eran catedráticos, compañeros de clase y otros estudiantes. “Son personas conocidas en el espacio. Por ello, hay una posibilidad de reincidencia bastante grande y, de hecho, la víctima sí suele sentirse acosada al compartir espacios con el agresor después del hecho”, explicó Sierra. 

La mayoría de las denunciantes (65.6 %) eran estudiantes del primer y segundo año de universidad cuando fueron acosadas. En ese momento, según Sierra, “las estudiantes están adaptándose y conociendo el campus y esto las vulnera y las convierte en víctimas fáciles para los acosadores que llevan años en la institución. Mientras te avisan que tu catedrático es un acosador, él ya te acoso”. 

La experiencia 

RISE se nutre por el trabajo de más de cuarenta estudiantes universitarias con contextos de vida, estudios y experiencias distintas. A Ixya´ Rodríguez la motivó a integrarse el hecho de que habían pocas integrantes que se identificaban como mujeres mayas en la red. “Quería que fuera un espacio al que las chavas mayas universitarias pudieran acercarse. Quiero que tengan confianza al ver a otras mujeres mayas y no solo ladinas”, señaló. 

Dos años después, Lucía Sierra se encuentra satisfecha con el trabajo que como red han realizado para combatir el acoso sexual en las universidades. “Es interesante entender la diversidad de cómo las personas experimentan el proceso educativo. Todas esas experiencias construyen una forma diferente de cómo ver el acoso sexual y abordarlo”, finalizó.

Este 25N, las estudiantes exigieron el cese de la violencia sexual en las universidades. Con un megáfono y entre consignas, colocaron esta problemática en la agenda pública y en el imaginario colectivo. Por segundo año consecutivo, hicieron vida su lema: ¡Seguras y educadas, las estudiantas organizadas!

Foto: Karen Lara