¿Cuáles son los retos de las jóvenas organizadas en los espacios de organización social, ante un país que vulnera a defensoras y defensores de los derechos humanos?

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En agosto del 2022 la Unidad de Protección a Defensoras y Defensores de Derechos Humanos – Guatemala (Udefegua) presentó la “actualización de datos sobre la situación de personas, organizaciones y comunidades defensoras de derechos humanos”. Este informe reveló​ ​​un incremento en agresiones a personas defensoras.

Para entender las agresiones en contra de defensoras y defensores se tiene que sopesar el contexto del país, que según Udefegua es a partir de la consolidación autoritaria para instaurar un régimen corrupto y violento.

Bajo la consolidación autoritaria​ se han registrado 2,646 agresiones en contra de defensoras y defensores de DDHH, y de estas 45% son en contra de mujeres. Las mujeres más agredida​s son operadoras de justicia, estudiantes, periodistas y mujeres que acompañan a otras defensoras. 

Las agresiones más comunes en contra de ellas son: difamación, hostigamiento y  denuncia judicial sin fundamento. Expertas indican que este puede ser el inicio de ataques más crueles en contra de las mujeres, en contextos en el que las mujeres son más públicas. Este es el caso de la estudiante Nahomy Valdé​s de la Universidad de San Carlos, Nanci Sinto, Virginia Laparra entre otras. 

Resistir para incidir 

Las agresiones que se han registrado solo son una parte de las limitaciones que las defensoras atraviesan. Para las jóvenes ​defensoras, sostienen que es importante hablar de otros problemas que enfrentan en sus prácticas cotidianas de organización.​​

En el municipio de Tecpán, departamento de Chimaltenango, Guatemala fueron convocadas mujeres desde sus diversidades para hablar acerca de los retos y los caminos trazados como defensoras de sus derechos. 

La convocatoria atrajo a mujeres defensoras del mar, de los derechos de las mujeres indígenas, de los pueblos indígenas, contra el acoso sexual en las universidades, entre otros tantas demandas. La diversidad no solo se dio desde los temas en la cual cada una era expertis, sino además, desde sus experiencias situadas que fue un elemento importante para entender las problemáticas que atraviesan .​​

Los objetivos del encuentro era promover el diálogo e intercambio entre organizaciones conformadas por mujeres jóvenes, con el fin de fortalecer la coordinación entre todas y la capacidad de generar alianzas que permitan​​ cumplir sus demandas. 

Lourdes Santos de la colectiva Tuxinem comentó que estar en el encuentro representa “valentía” porque estar en un país violento, el encuentro se situaba desde el respeto y ​como un espacio seguro. Además, el encuentro convocó a muchas mujeres con experiencias trascendentales dentro de la política estudiantil y partidista del país, a esto Lourdes agregó que escucharlas a ellas le permitió entender que no está sola en el camino de la lucha por sus derechos. 

Otra apuesta del encuentro fue la sanación a partir de la música. La artista Kaqchikel Sara Curruchich  compartió el espacio con las defensoras para​ hablar de las heridas, miedos y también alegrías que enfrentan​ las defensoras en sus caminos de resistencia. Entre cantos, risas y comunidad lograron sacar sus sentires y reafirmar sus luchas. 

La sanadora Lorena Cabnal ha dicho en numerosas entrevistas que “con cuerpos enfermos no se puede luchar por derechos” haciendo entender que: es necesaria y urgente la sanación para asumir compromisos de gran magnitud. A estas reflexiones, en el encuentro se concluyó que “se necesitan espacios libres de adultocentrismo” con el fin de sentirse libres de opinar, compartir y construir.

Las defensoras indicaron que no demeritan las experiencias de personas adultas, pero remarcan que las juventudes también deben ser escuchadas porque tienen mucho que aportar.

El Encuentro de Jóvenes Defensoras fue un espacio “​¡Por las que estamos y las que vienen!” porque afirman merecer espacios para participar políticamente e incidir en la toma de decisiones de sus comunidades y país.