RUDA

View Original

Resistir en el olvido: Colectivo Indómita presenta Oquedad

Desde las entrañas de la memoria y la lucha contra el silencio, el Colectivo Indómita, conformado por Astrid L. Lemus, Lyndsie Price y Elda Figueroa, presenta Oquedad, una exposición que explora las ausencias físicas y emocionales en la vida de las mujeres guatemaltecas. A través de obras que combinan óleo, grabado y lápiz, las artistas convierten el arte en un acto de denuncia, memoria y esperanza, reivindicando las historias silenciadas y la resistencia colectiva.

Por Nathalie Quan

Foto: Nathalie Quan

El nombre del colectivo, Indómita, evoca la fuerza y valentía de las mujeres que se rehúsan a ser silenciadas, desafiando el olvido y confrontando las narrativas históricas que han intentado invisibilizarlas. Con esta misma esencia rebelde y reivindicativa, el colectivo guatemalteco presenta su exposición titulada Oquedad, un término que alude a un espacio vacío o hueco.

En esta muestra, Oquedad se convierte en una exploración profunda de las ausencias, tanto físicas como emocionales, desde una perspectiva simbólica. Las artistas indagan cómo estas brechas afectan nuestras vidas y comunidades, transformándolas en lugares donde la resistencia, la memoria y la acción se entrelazan. El concepto no solo apunta a la pérdida, sino que también destaca la posibilidad de llenar esos vacíos con significados que honren las historias y luchas de las mujeres guatemaltecas.

Durante la inauguración, Lucrecia Muñoz, directora del espacio cultural Perjura, donde se presentan las obras, destacó la relevancia de la exposición en el contexto de eliminación de la violencia contra la mujer. En sus palabras: “Creo que es importante darle voz al colectivo en este mes y su dinámica. Aquí se han generado discursos desde el lápiz, el óleo y grabado, que denuncian el vacío”. 

Por su parte, Astrid L. Lemus, integrante del colectivo Indómita, comentó: “Esta es nuestra primera exposición, y esperamos contar con espacios para dialogar con el público. Queremos llevar estos temas sensibles que, aunque son importantes, muchas veces permanecen invisibles debido a los bloqueos que existen en torno a ellos”.

Foto: Lucrecia Muñoz

Además, Lemus habló sobre el objetivo del colectivo, hablar y exponer lo difícil de ser mujer en un país lleno de limitaciones, “donde se nos silencia incluso en el arte. La idea de Indómita surge de estas historias comunes; en este caso, abordamos la ‘ausencia’. Somos tres artistas con vivencias distintas, pero conectadas por esta ausencia que nos une y que el arte transforma. Queremos hablar de memoria y usar nuestras obras como herramientas para reflexionar y resistir”.

Cautiverio: una denuncia desde la fragilidad y la esperanza

En Cautiverio, Astrid L. Lemus presenta una serie de 12 piezas realizadas sobre alertas oficiales Alba-Keneth del año 2024. Estas hojas, intervenidas con óleo, representan aves atrapadas, ensangrentadas y jaulas vacías. La disposición de las piezas, en forma de pirámide, simboliza el aumento en el número de mujeres desaparecidas hacia su cúspide, aludiendo al 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Las aves, universalmente asociadas con libertad y belleza, en esta obra encarnan un anhelo profundo de autodeterminación y renovación. Funcionan como una metáfora dual: por un lado, representan la esperanza de liberarse de las cadenas de la violencia; por otro, evidencian la vulnerabilidad de quienes luchan por justicia en un entorno hostil. Esta conexión entre las aves y las mujeres desaparecidas teje un relato que entrelaza la fragilidad de la vida con la urgencia de visibilizar estas realidades.

Foto: Nathalie Quan

Al intervenir las alertas de búsqueda Alba-Keneth e Isabel Claudina, Lemus no solo denuncia la desoladora ausencia de miles de mujeres, sino que también pone en evidencia el cautiverio emocional y físico que tantas enfrentan, muchas veces ignorado por la sociedad. Este vínculo simbólico entre las aves y las mujeres subraya la importancia de romper los ciclos de violencia y preservar la libertad en todas sus formas.

En un país donde estas tragedias son cotidianas, Cautiverio se convierte en un grito de urgencia, una obra que transforma el sufrimiento en una llamada al cambio. Es un recordatorio poderoso de que, incluso desde la fragilidad, puede nacer la esperanza de un futuro más justo y humano.

Ausencias Transgeneracionales: la figura paterna no está

Lyndsie Price, en su obra presentada como un tríptico trabajado en lápiz y acrílico sobre papel, es un testimonio visual de las ausencias paternas que atraviesan generaciones. La obra aborda la perpetuación de dinámicas inconscientes que, colocando sobre las mujeres la carga emocional, económica y física de la crianza, denuncia la normalización de estas ausencias dentro de las estructuras familiares y sociales.

Price utiliza retratos familiares como un recurso simbólico para evidenciar el impacto de los padres ausentes y, al mismo tiempo, resaltar la fortaleza de los matriarcados que emergen como respuesta. La obra es profundamente íntima, pero también un reflejo de lo que sucede en la sociedad, donde las madres autónomas enfrentan no solo el desafío de criar a sus hijos, sino también de sostener hogares enteros en medio de la ausencia de justicia y equidad parental.

Foto: Nathalie Quan

El tríptico logra conmover y provocar una reflexión crítica sobre el abandono deliberado, el papel de la figura paterna y la importancia de construir estructuras familiares conscientes y justas. Es, sin duda, una pieza que obliga a confrontar el silencio que rodea estos temas y a cuestionar los patrones heredados de opresión y resiliencia.

Agujeros en el silencio: es un viaje hacia el interior

La obra de Elda Figueroa consta de cinco piezas realizadas con la técnica de grabado. Este conjunto de autorretratos surge de una necesidad personal de la artista: explorar y reflexionar sobre las emociones que marcaron una etapa específica de su vida.

La obra es un diálogo íntimo entre Figueroa y sus emociones. A través de cada pieza, se abre un espacio para representar momentos de confusión, tristeza, indecisión y resignación. Sin embargo, lejos de quedar atrapada en estos sentimientos, la artista los abraza como parte de un proceso más amplio: el crecimiento personal. Cada emoción retratada se convierte en un componente esencial de su sanación, una grieta en el silencio que permite entrar la luz.

Foto: Nathalie Quan

Cada grabado revela los momentos de olvido hacia su propia persona, cuando el desconcierto y la autonegación formaban parte de su cotidianidad. No obstante, también son testimonio de su resiliencia, un recordatorio de que incluso en las etapas más oscuras, hay espacio para el renacer y la transformación.

El arte como acto de memoria y justicia

Oquedad no es solo una exposición; es un diálogo profundo entre las artistas y la sociedad. A través de sus obras, el Colectivo Indómita invita a reflexionar sobre los vacíos que nos atraviesan como individuos y como comunidad, proponiendo formas de llenarlos con memoria, acción y justicia. Es una experiencia que denuncia, conmueve y, sobre todo, inspira a transformar las ausencias en resiliencia colectiva.

La exposición estará abierta hasta el 30 de noviembre en Perjura Proyecto Cultural, ubicado en la 6ta Avenida 9-62, zona 1, Edificio París Plaza, segundo nivel, oficina 34.