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¡Que arda el fuego de la memoria! Expresiones de memoria histórica para las Niñas del Hogar Seguro

Foto: Ruda

El 8 de marzo de 2017, 41 niñas del Hogar Seguro Virgen de la Asunción, en San José Pinula, murieron incendiadas ante la mirada indiferente de agentes de la Policía Nacional Civil, quienes no abrieron la puerta del salón en donde fueron encerradas luego de que denunciaran violencia sexual, malos tratos y abusos por parte del personal a cargo del hogar; 15 sobrevivieron.  A 7 años de la tragedia existe diversidad de expresiones que buscan perpetuar la memoria de las niñas y visibilizar la lucha de las sobrevivientes, sus familias y colectivos de mujeres. 

Por Violeta Cetino 

Los listados

Mayra Jiménez, del colectivo 8 Tijax, recordó desde el exilio las primeras acciones que tomaron a partir de aquel día trágico. “Las primeras acciones que tuvimos fue llamarnos entre amigas y compañeras. Nos movilizamos, nos pusimos de acuerdo. Algunas nos fuimos directamente al Hogar Seguro Virgen de la Asunción, otras fueron al Hospital General y otras al Hospital Roosevelt. Allí hicimos lo que fue necesario. Nosotras nos concentramos en la gente que estaba llegando a buscar a sus hijos, niños, jóvenes y las niñas”.

Mayra recordó que en las afueras del hogar seguro ella y otra compañera prestaron auxilio a las personas para buscar a sus hijas, pues el personal del hogar no les daba ninguna información. Ante esto, las familias de las niñas exigieron información y somataban el portón de ingreso al lugar. La trabajadora que estaba en la puerta recibiendo las demandas se enojó, ingresó a las instalaciones y cerró la puerta, negando así la posibilidad de conocer qué había ocurrido con cada una de las niñas. Fue así como Mayra y una de sus compañeras asumió el lugar de la trabajadora e iniciaron a recolectar los nombres de las niñas. “Íbamos anotando el nombre de cada niña y su edad y luego mi compañera tocaba la puertecita al policía y le pasaba esa notita. Así pasamos mucho tiempo”, relató Jiménez.

Pero el panorama empeoró. Cuando a las niñas no las encontraban en el hogar, ni en los hospitales, había que ir a la morgue. “Nadie quería ir, pero era necesario y así fue como fuimos a la morgue y cabal, allí estaban. Hubo compañeras que estaban en el Hospital General para obtener un listado de las niñas fallecidas y sobre todo, de las que estaban vivas”, dijo Mayra.

Stef Arreaga, también conformó el Colectivo 8 Tijax, ingresó al hospital para anotar los nombres de las niñas vivas y muertas. De acuerdo con Mayra, “ella salió a la banqueta, llamó a las personas del hogar seguro y leyó la lista. Fue un momento muy difícil porque al leer la lista  las personas entraban en estados de shock”.

Guatemala se ha caracterizado por gestionar apoyo y solidaridad ante sucesos tan terribles. Mayra Jiménez destacó el apoyo que brindaron pobladores de los alrededores del INACIF y del barrio El Gallito, zona 3. “Llevaban pan, café y empezaron a salir las personas que querían llevar tiempos de comida y llevaban 60, 70, 80 platos de comida”.

El poder del trueno y el rayo

Mayra indicó que ante la falta de personal para atender a las madres y familiares de las niñas en la morgue del INACIF, hicieron un grupo para apoyarlas, con la autorización del director de la morgue, quien estaba muy agradecido con ellas.

Allí surgió el Colectivo 8 Tijax. “Acordamos ese nombre porque las que estábamos de planta en los hospitales y puntualmente en la morgue ya no queríamos que nos siguieran diciendo ‘las voluntarias’, ya parecíamos bomberos”, compartió Mayra. Fue así como a una de las compañeras se le ocurrió revisar el calendario maya: 8 Tijax. En la cosmovisión maya, Tijax es un nahual muy fuerte y significa el corte, la separación, el cuchillo, la pirámide, la sanación física y espiritual, posee el poder del trueno y la energía del rayo.

“Nos pusimos a analizar y después vemos que si nosotras nacimos ese día, 8 Tijax, entonces somos personas que defendemos la justicia, que curamos enfermedades, somos valientes, somos incansables. Tenemos la gran fortuna de que todo lo que hemos podido ver, que en medio del caos y dolor que hubo, la separación tan drástica, tenemos la fortuna de llevar este camino junto a las familias y sobrevivientes”, contó Mayra.

Las cruces

Ada Valenzuela, del Colectivo Las Libélulas, recordó cómo dio inicio el Altar de las Niñas ubicado en Plaza de la Constitución, ahora nombrada por quienes defienden su memoria como la Plaza de las Niñas, el memorial hasta ahora más emblemático que busca dignificar y mantener vivo su recuerdo.

“La tragedia del hogar seguro es un evento que nos conmocionó a todas enormemente, empezamos a tomar acciones desde el 8 de marzo, muy tarde porque las niñas se habían alzado desde el 7 de marzo para reivindicar sus derechos”, lamentó. Recordó que lo primero que hicieron al enterarse fue acompañar a las familias para buscar a las niñas en el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF) y brindarles apoyo.

Foto: Ruda

Enseguida, como organizaciones de mujeres y organizaciones sociales, 70 aproximadamente, realizaron una conferencia de prensa como acción urgente. A decir de Ada, todas las acciones buscaban tocar la conciencia social. “Hubo compañeros que hicieron un performance con muñecas frente a casa presidencial, reunieron Q35 para comprar velas y colocarlas a un costado del Parque Central y las personas se sumaron al colocar velas para pedir por el alma de las niñas, todo fue muy espontáneo. Enseguida, el 10 de marzo, se lanzaron globos con helio, un globo por cada niña”, rememoró.

Valenzuela argumentó que de los memoriales, el Altar de las Niñas en la plaza es el más emblemático, pues se ha mantenido gracias al esfuerzo colectivo de muchas compañeras voluntarias. “La indignación nos convocaba en el altar. Un elemento que hemos visto en este espacio ha sido la intención de retirar las cruces. En 18 ocasiones lo han quitado y 18 veces lo hemos reconstruido. El 12 de septiembre de 2019, por las actividades de independencia, la PNC nos encerró en ese espacio. Entre las 11:00 y 12:00 horas de ese día, quitaron las cruces y pusieron una tarima y una manta negra; eso fue una falta de respeto a la memoria. La PNC nos cercó, pues querían montar un ensamble de marimbas”, dijo.

Según Ada, las mujeres que defendieron el Altar de las Niñas ese 12 de septiembre fueron detenidas en el sitio cerca de 10 horas, les colocaron barandas y un cordón humano conformado por agentes de la PNC. “Lanzamos lo que ocurría en redes y mucha gente llegó con sus velas encendidas y cuando Jimmy Morales dio su discurso, se escuchaba al fondo la consigna, ‘Jimmy Morales a los tribunales’, y cuando habló el ministro de Cultura y Deportes (Elder Suchité Vargas), gritábamos ‘¡Devuelvan las cruces!’”.

Los ahorros de Dacia Ramírez, madre de Ashley Gabriela Méndez Ramírez, una de las 41 niñas que murieron en el hogar seguro, fueron utilizados para mandar a hacer 41 cruces de hierro. Ella, originaria de Jutiapa, las trajo a la ciudad de Guatemala en un bus extraurbano para colocarlas en la Plaza de las Niñas y hacer un altar en su honor.

Esas fueron las cruces que aquel 12 de septiembre de 2019, el ministro de Cultura y Deportes del gobierno de Jimmy Morales, mandó a quitar sin que hasta ahora se sepa de su paradero.

Ada Valenzuela, quien se encontraba en el lugar esa tarde, aseguró que sintió indignación junto a las demás mujeres que estaban ahí. “Ahora sí sabíamos quiénes las habían quitado, pues siempre mandaban a gente infiltrada o llegaban fanáticos religiosos a irrumpir sin que lográramos identificarlos”, mencionó.

 Ese hecho marcó un antes y un después, a decir de Ada, porque esa acción las convoca cotidianamente cuando el altar es destruido o alterado. “Hay casi una reacción espontánea cuando la gente informa que se destruyó el altar, las personas mandan fotos y preguntan cómo ayudar. En una ocasión, unos jóvenes empezaron a reclamarle a un fanático religioso que destruyó el altar y enseguida lo arreglaron”.

Sobre el paradero de las cruces, Ada asegura que no se sabe en dónde quedaron y que únicamente existen especulaciones sobre que podrían estar escondidas en algún lugar del Museo Nacional de Historia, en la 9ª calle y 10ª avenida de la zona 1, aunque esa versión no está comprobada. 

Memorial instalado en las afueras del hogar seguro Virgen de la Asunción, ahora un centro de reinserción juvenil. Foto: Violeta Cetino

Otro de los memoriales es el que está ubicado en las afueras del Hogar Seguro Virgen de la Asunción, en San José Pinula, donde ocurrió el incendio. Consiste en una columna con los nombres de las niñas escritos a los lados. “Además se hicieron algunos murales que, según la gente, reflejan que las niñas fueron felices ahí dentro, cuando sabemos que no fue así”, refirió Ada Valenzuela y confirmó que fue la Secretaría de Bienestar Social (SBS) del gobierno de Jimmy Morales quien los mandó a hacer. Las familias han solicitado que ese monumento se destruya y se eliminen los murales, pues no les consultaron y el nombre de las niñas está mal escrito”, comentó.

Recorridos por la memoria

Existen otros esfuerzos por mantener viva la memoria de cada una de las niñas. Uno de estos son los Recorridos de las Memorias promovidos por la Fundación María y Antonio Goubaud (MAG), que tienen dentro de sus puntos de memoria el Altar de Las Niñas, en La Plaza de las Niñas. A estos recorridos acuden grupos de personas que vienen de otros países y también connacionales. 

Kelly Ruiz, guía de los recorridos, habló sobre el Recorrido de Dignificación Nosotras contamos, realizado el 16 de marzo recién pasado en el marco del Día Internacional de Las Mujeres, promovido por la fundación MAG y el Instituto Internacional de Aprendizaje para la Reconciliación Social. “Este es un encuentro con La Plaza de las Niñas, que a 7 años de la tragedia, sus familiares y diversas colectivas han resguardado”, indicó Ruiz.  

El recorrido es gratuito y puedes obtener más información e inscribirte aquí https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSe4ckiBVqVcJZ9nqFILSVM8X1HuXbzC6Gd-CqiodCUgD3NI_g/viewform?fbclid=IwAR2nK1G_z4n-pkU_yc8jNucHt57p44UA--LhebxBqV_8Kvr0iJNWTbplSnk 

La Colectiva de la Plaza de las Niñas “8 de Marzo” es la fundadora del Altar y promueve los fines de semana una escuela popular para la niñez, en la que hablan sobre los Derechos Humanos y la importancia de la memoria en la cotidianidad. También es una iniciativa para que quienes viven cerca de este lugar, en el Centro Histórico, lo tengan en cuenta dentro de su identidad.

Ada Valenzuela compartió que actualmente se encuentran sistematizando la historia de la Plaza de Las Niñas y del trabajo de memoria que se ha hecho hasta ahora.

Escultura “Por ellas, nosotras”, de Nuni Canals en el sitio de la Memoria ubicado en La Alianza. Foto: cortesía La Alianza. 

Por ellas, nosotras 

La Alianza es un centro de atención a niñas y adolescentes víctimas de trata, madres adolescentes víctimas de violación sexual y/o en alto riesgo social. En ese lugar se les brindó resguardo a las sobrevivientes de la tragedia en el hogar seguro Virgen de la Asunción  y ahí se encuentra una escultura en su honor realizada por la artista Nuni Canals, quien la donó a esta organización en diciembre de 2018. 

Carolina Escobar Sarti, directora de este centro desde hace 14 años, comentó que cada 8 de marzo las niñas y adolescentes que son atendidas allí recuerdan a sus hermanas –así las nombran-, hacen un ritual de conmemoración donde escuchan cómo sucedió el hecho y realizan una mini marcha en la que ellas crean sus propios mensajes, toman conciencia y reconocen que para no olvidarlas se creó un sitio de memoria.

“En La Alianza existe un sitio de memoria, más que un monumento. Estuvimos muy pendientes desde el día que ocurrió la tragedia, estuve y acompañé a muchas de las sobrevivientes, principalmente a una de las niñas que fue la más afectada”, recordó Escobar Sarti. 

En el sitio hay una placa con el nombre de las niñas que murieron y de quienes sobrevivieron. A un costado cuelga la escultura, llamada por Canals Por ellas, nosotras.

Escobar Sarti recordó cómo Nuni Canals decidió dar la escultura en donación a La Alianza. “Cuando hizo la escultura, al poco tiempo me dijo –Carolina, paso todos los días al lado, ya no puedo, es profundamente dolorosa para mí, se las quiero dar a ustedes. Había pensado darla a un museo pero la quiero dejar ahí porque siento que ahí puede ser mejor-, y de hecho sí, las sobrevivientes se veían ahí, es un sitio de memoria y además es una belleza de escultura hecha con resina y madera”, compartió.

La antología poética y de Microrrelato 56 Altares: filos y espejos es parte del memorial literario para preservar la memoria de las niñas. Foto: Violeta Cetino



La memoria desde el arte y las letras

Los memoriales dedicados a las niñas fallecidas a manos del Estado en el hogar seguro Virgen de la Asunción no se limitan a estructuras monumentales. 56 Altares: filos y espejos es una antología poética y de microrrelatos escrita por 33 autoras guatemaltecas y 21 de diferentes países del mundo. Su publicación también busca mantener viva la memoria histórica y colectiva sobre lo sucedido a las 56 niñas.

Carolina Escobar Sarti comentó que en La Alianza tienen un caso documentado el cual llamaron La persistente esperanza. “Tenemos el caso que se llama La Persistente Esperanza que está documentado y sistematizado. Es un estudio que se hizo alrededor del caso de una de las chicas que ahora está en Boston con solicitud de asilo y es un estudio que sentó precedencia porque por la vía legal de protección se lograron medidas reparadoras para la víctima, no solo para ella sino para otras”, indicó.

La campaña global #NosDuelen56 fue impulsada por Prensa Comunitaria y el Colectivo 8 Tijax y su primera acción, inmediatamente después de la tragedia, fue la realización de los retratos de las 41 niñas fallecidas con la contribución de 58 artistas de Guatemala, México, Argentina, Francia, Italia y España.

Cada una de las niñas fue retratada para mantener su rostro en el imaginario colectivo. La artista visual, titiritera, ilustradora y monstruóloga, Marilinda Guerrero retrató a Yemmi Araceli Ramírez Siquín, quien tenía 15 años cuando ocurrió la tragedia.

Ilustración de la niña Yemmi Araceli Ramírez Siquín. Foto: cortesía Marilinda Guerrero

“Al proyecto de ilustración me invitó el ilustrador Alejandro Alonso. Me dio la fotografía y los datos de Yemmi Araceli. No me dijeron cómo hacerla, pero cuando vi su foto me conmovió mucho y de alguna forma la retraté como a una astronauta que, quizá, en otra galaxia tendrá un futuro mejor. La mía es una ilustración con interpretación, pues la imaginé así, deseándole que en otro planeta su destino fuera distinto”, contó Guerrero.

Sobre cómo la memoria se rescata desde el arte, Marilinda comparte que el arte siempre es una forma de nombrar. “Al final mantener la memoria es no olvidar. Cuando alguien acaba de morir tú lo recuerdas, pero conforme va pasando el tiempo empiezas a olvidar esa imagen y empieza a desaparecer, ya no te acuerdas bien de cómo era esa persona, por eso es que la imagen en el arte es muy importante, si tú no te acuerdas de ella, ver la imagen te ayudará a recordarla y retomar esa sensación de por qué ya no está”.

Para Guerrero fue muy significativo realizar las ilustraciones de los retratos de las niñas, porque el ser humano tiende a olvidar muy fácilmente a las personas y lugares, pero el recuerdo siempre debe permanecer para evitar más tragedias de este y otros tipos, porque sin memoria es muy fácil que vuelva a ocurrir, dijo.  Además, comentó que “a veces miramos el montón de nombres y es impactante, pero cuando ves los rostros, eso es otra forma de nombrar”.

Sobre las emociones que afloraron en la elaboración de las ilustraciones, Marilinda comentó que la impotencia es abrumadora. “Ver cómo otra niña más, otra niña mujer es violentada y que ni siquiera llegó a su edad adulta y ver cómo en el país es una constante, sentí tristeza e impotencia. Es bien fuerte ver la foto de alguien y saber cómo murió. Cuando vi que la ilustración que yo hice era portada por la mamá de Yemmi Araceli, pensé en que ninguna mamá quiere ese fin para sus hijas”, expresó.

Puedes conocer todos los retratos aquí https://medium.com/nos-faltan-56/nos-duelen-56-66c6984d8f44

Otro de los memoriales no monumentales fue realizado por ZonaDocs Periodismo en Resistencia. Este cuenta con fotografías en blanco y negro de las niñas, recolectadas por el Colectivo 8 Tijax. “Aparece el nombre de cada una de las niñas y una historia sobre ellas en forma de anécdota, contando cosas sobre ellas. Las fotos son totalmente recopilación del colectivo 8 Tijax”, indicó Mayra Jiménez.

Una de las integrantes del colectivo, quien solicitó el anonimato, indicó que la recolección de estas se hizo durante el tiempo que estuvieron acompañando a las familias de las niñas en la morgue. “Los días que estuvimos en la morgue fuimos recolectando fotografías e historias de las niñas, el por qué estaban ahí, cuánto tiempo llevaban, empezamos a ver algunos asuntos que violentaron sus derechos, tanto para ellas como para sus padres”.

Puedes ver las fotografías y conocer sus historias aquí https://www.zonadocs.mx/2021/11/24/memorial-a-las-ninas-del-hogar-seguro-virgen-de-la-asuncion/ 

Actividades de remozamiento del Altar de las Niñas 2024. Foto: Violeta Cetino


Un ejercicio de memoria histórica

Como cada año, la Colectiva Plaza de las Niñas “8 de Marzo”, Colectivo Las Libélulas y el Colectivo 8 Tijax, organizaron actividades conmemorativas a 7 años de la tragedia del hogar seguro Virgen de la Asunción, bajo la consigna, “¡No fue el fuego, fue el Estado!”.

El 6 de marzo se realizó un remozamiento del Altar de las Niñas, el 7 una vigilia y ceremonia para pedir por las almas de las niñas; el 8 de marzo una visita al hogar seguro y por último una participación en la actividad del Día Internacional de la Mujer organizado por el Gobierno de Bernardo Arévalo y Karin Herrera.

Durante la reparación del Altar de las Niñas, Rosa Gallardo, de la Colectiva Plaza de las Niñas “8 de Marzo”, se dirigió a un grupo de turistas de diferentes países de Sur América que están de vista en Guatemala para contextualizar la actividad. “Para nosotros está claro que es un femicidio de Estado, lo cual está todavía en la impunidad y seguramente estuviera en el olvido si no hubieran mujeres luchando por la justicia en Guatemala, como son las tres colectivas que hemos estado desde que sucedió todo”, expuso.

Rosa indicó que nunca pensaron en el impacto que el altar tendría a futuro. “Cuando empezamos, eran únicamente unas velas sencillas para tener conexión con nuestros antepasados de acuerdo a nuestras creencias cosmogónicas y jamás pensamos que se convertiría en un altar, pero con los días se fueron sumando más compañeras y poco a poco se convirtió en altar. Este altar siempre ha sido un lugar de reencuentro, pero también un lugar de disputa, porque ha sido un altar donde la resistencia de mujeres ha estado, pero también es un altar que niega morirse, es la memoria y la historia de las mujeres en Guatemala las que están representadas aquí”, dijo.

Acciones de reparación y remozamiento en el Altar de Las Niñas se realizan año con año por parte de guardianas y colectivas. Foto: Violeta Cetino

Gallardo explicó que la presencia de las colectivas al lugar no se dirige solo al remozamiento y reparación del altar, sino también a la presencia constante del grito. “Aquí nosotras gritamos consignas, gritamos sus nombres, encendemos fuegos ceremoniales porque nuestros antepasados nos enseñaron que a través del fuego nos comunicamos con los abuelos y las abuelas, ellos y ellas nos guían para esta lucha y han sido nuestra fortaleza”.

Año con año la vigilia del 7 de marzo se realiza para rememorar la denuncia pública que hicieron las niñas del hogar seguro donde expusieron los abusos y torturas a las que eran sometidas, una noche antes de morir en las llamas. Se encendió el fuego con ayuda de guías espirituales y se invocó a Corazón del Cielo para pedir por las almas de las niñas.

Sanadoras y colectivas encienden el fuego para pedir por el alma de las 41 niñas fallecidas. Foto: Violeta Cetino

A la actividad acudió la vicepresidenta Karin Herrera, quien fue invitada por las organizadoras al altar para encender el fuego, mientras se escuchaba como consigna, “¡Por la vida de las mujeres, ni una más! ¡No eran calladitas, eso no les gustó, exigieron sus derechos y el Estado las quemó!”.  

Rosa Gallardo se dirigió a Herrera, “Le damos la bienvenida porque usted es nuestra compañera, mujer y que tiene un compromiso con las mujeres y las niñas de este país. No queremos perdón, queremos justicia”, dijo. La vicepresidenta Herrera aseguró que por parte del Gobierno el altar será respetado.

Isabel Cruz, de Mujeres Feministas de Izquierda, acudió al Altar de las Niñas a encender el fuego y expresó que este elemento está presente en todos los aspectos de la vida. “El fuego es purificador, el fuego nos habla y nos orienta hacia dónde ir. El fuego es manifestante, nos llama a la reflexión. A través del fuego también pedimos por las niñas, para que su alma esté en paz”, indicó.

A un costado del Altar de las Niñas se halla colocada una placa que las conmemora. Esta se colocó en noviembre de 2021. Según Mayra Jiménez, en esa ocasión participaron las mamás de las niñas y dice textualmente, “Justicia para las niñas de Guatemala. En memoria de las 41 niñas asesinadas en el hogar seguro Virgen de la Asunción. Renombramos a este espacio como Plaza de las Niñas de Guatemala 8 de marzo. No las olvidamos, fue el Estado”.

¡Nunca la voy a olvidar!

El 8 de marzo recién pasado sobrevivientes, madres y familiares, en compañía de los colectivos de mujeres Las Libélulas, Plaza de las Niñas “8 de Marzo” y 8 Tijax, realizaron una visita de memoria en las afueras del hogar seguro donde ocurrió el incendio.

Mujeres religiosas del Sector Interreligioso Centinelas acompañaron a las sobrevivientes y a sus familias el pasado 8 de marzo en las afueras del hogar seguro. Foto: Violeta Cetino

En el lugar se encontraba la Estudiantina de la Universidad de San Carlos de Guatemala, representantes del Sector Interreligioso Centinelas, integrantes de las Brigadas Internacionales de Paz y oficiales del Benemérito Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Guatemala. Portaban pancartas, flores, veladoras, música, etc., para traer a la memoria la identidad de las niñas.


Ortencia Galindo Romero, madre de Ana Noemí Morales, comentó que el vacío de perder a su hija no lo llenará jamás. “Nadie nos va a devolver a nuestras hijas, únicamente exigimos justicia. Yo tengo mi propia manera de recordarla, tengo una foto de ella en la pared de mi casa. Al verme al espejo yo la recuerdo porque de mis tres hijas, ella era la que más se parecía a mí. Tampoco he regalado su ropa, ahí tengo toda su ropa, sus cosas, que siempre me llevan a recordarla. ¡Nunca la voy a olvidar!”, dijo mientras limpiaba las lágrimas de sus mejillas.

Esmeralda Salguero, madre de Keila López Salguero, muestra la fotografía que guarda en su celular para recordar a su hija. Foto: Violeta Cetino

Para Esmeralda Salguero, mamá de Keila López Salguero, la manera de recordar a su hija es muy diferente. “Mi hija era preciosa. Las niñas del hogar le tenían de apodo La Muñeca, por lo linda que era. Yo no tengo nada de ella en la casa porque me pongo muy mal, me pongo muy triste, aunque desde que ella murió yo me he venido abajo. Pero a veces quiero verla y es allí cuando busco una foto de ella en mi celular. Esa es mi forma de recordar a Keila”, dijo.

Hace dos años la madre de la niña Wendy Anaí Vividor Ramírez, quien murió en el incendio, fue asesinada, por lo que su abuela acude en su representación. Foto: Violeta Cetino

Este 8 de marzo las madres de las niñas, sobrevivientes y organizadoras portaron una playera blanca con una memoria fotográfica impresa en ella. Los rostros de las 56 niñas están en ella, en sus pechos, como si buscaran reconfortar el alma de quienes las recuerdan. En las manos llevaron un girasol y entregaron uno a cada persona que asistió al memorial.

Sobrevivientes a la tragedia, madres y colectivas leen un comunicado en las afueras del hogar seguro Virgen de la Asunción, a 7 años de lo ocurrido. Foto: Violeta Cetino

Durante el acto conmemorativo del Día Internacional de la Mujer organizado por Presidencia y Vicepresidencia de Guatemala, en la Plaza de las Niñas,  Dacia Ramírez, madre de Ashly Gabriela Méndez Ramírez, se dirigió a las autoridades para pedir justicia. “Nosotras acá venimos por justicia, ya que durante 7 años nos han dejado en el abandono. Todo el proceso ha sido muy difícil. Nosotros agradecemos que ustedes estén queriendo reparar ese dolor tan grande que nos causaron, le pido en nombre de todas las niñas a que se haga justicia”, e instó al presidente Bernardo Arévalo a comprometerse con esta causa de manera escrita.

Cada 8 de marzo las madres de las niñas y sus familias son acompañadas por los tres colectivos para realizar una actividad de memoria en las afueras del hogar seguro Virgen de la Asunción. Este 2024 el grupo de organización de las sobrevivientes ingresó de nuevo al lugar donde ocurrió el incendio. Fue la primera vez que ingresaron después de lo ocurrido. Para las familias es un día en que pueden compartir y estar juntas, es un día muy simbólico para fortalecer el tejido entre las familias y consolidar el camino hacia la justicia y la sanación.

Acciones para las memorias futuras

Ada Valenzuela indicó que se ha iniciado un proceso de reparación por parte del actual Gobierno. “Se ha realizado una primera reunión entre las sobrevivientes del incendio, las familias y colectivas que acompañamos, junto a la Comisión Presidencial por la Paz y los Derechos Humanos (COPADEH), la Secretaría Presidencial de la Mujer (SEPREM) y la SBS, en la que las sobrevivientes presentaron una serie de propuestas y una de ellas es que la Plaza de las Niñas quede constituida con una estructura más sólida y establecida”, informó. 

Además, fue solicitada una reforma al Decreto ley 16-2018, que se aprobó un año después de la tragedia. En este quedó establecida una pensión vitalicia para las sobrevivientes, equivalente a un salario mínimo mensual, “pero esta no cuenta con atención en salud, cuando hay niñas que quedaron con quemaduras en el 80% de su cuerpo. También introducimos una iniciativa en el Congreso para que se les otorgue una vivienda, atención en salud y la simplificación de los trámites, pues las sobrevivientes deben entregar mes a mes un informe de gastos para tramitar su pago”, aseguró Valenzuela.

Existe una iniciativa promovida por el Colectivo Las Libélulas para preservar la memoria de las niñas y también de lo ocurrido el 8 de marzo de 2017. Esta consiste en realizar un mapeo de memoria dando inicio en el primer punto, que sería La Plaza de las Niñas y el segundo, el hogar seguro Virgen de la Asunción (donde ahora funciona un centro de reinserción para juventud). “Enseguida queremos ubicar las tumbas de cada niña para colocar una plaquita con un código Qr que al escanearlo las personas podrán conocer la información de cada una y su caso”, concluyó Ada Valenzuela.