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Pedalear para transgredir el miedo a las calles

Diseño: Chicas al pedal

Entre las principales enseñanzas para las infancias se encuentran los medios de transporte, en el que se incluye la bicicleta. Para la colectiva Chicas al Pedal el concepto va más allá, posicionándolo como una herramienta para tomar el espacio público y ser un canal para la sanación.

Cecilia López y Katherin Santizo, organizadoras de la colectiva Chicas al Pedal, recuerdan que encontraron su amistad en medio del ciclismo. La necesidad de moverse en una ciudad caótica las hizo romper la zona de confort desde hace más de 5 años. Desde entonces no han dejado de pedalear, no sólo en la ciudad sino también para descubrir nuevas rutas en el país.

La pandemia de Covid-19 puso sobre la mesa la reflexión de compartir un espacio seguro y de reclamo de las calles por y para mujeres ciclistas, dando paso al surgimiento de Chicas al Pedal. El primer rol ocurrió el Día Internacional por la Despenalización del Aborto en 2020.

La colectiva Chicas al Pedal realizan roles cada mes a varios puntos del país. Foto: Cristina Ruano.

“Como mujeres, tomar las calles en bicicleta, en este país, es un reto. Es necesario que nos posicionemos en el tema. Tenemos derecho a circular tranquilas en la calle, sin violencia y sin acoso. Necesitamos que las calles sean seguras para nosotras. Andar en bici es transgredir el miedo”, asegura Katherin.

Una herramienta para sanar

Para Katherin, subirse a una bicicleta va más allá de una tendencia; es la recuperación de la autonomía y el juego. Con una sonrisa recuerda que de niña iba a la escuela en su primera bicicleta en Huehuetenango pero, al llegar a la ciudad, perdió la libertad de movilizarse por su cuenta. “Para mí es recuperar a mi niña interna”, expresa.

“Vamos sin miedo”, fue el mensaje de una jovena en un rol de Chicas al Pedal en la Ciudad de Guatemala. Foto: Cristina Ruano.

Sin titubear, Cecilia asegura que la bicicleta le cambió la vida, al ser más que su transporte, sino también lo considera un antidepresivo. Asimismo, destaca que ayuda a romper barreras y da seguridad.

“Es increíble ver la fuerza que tienes para salir de la zona de confort. Te empodera. Aunque no es de la noche a la mañana, te aumenta la confianza y te das cuenta de que puedes hacer muchas cosas en la bicicleta”, señala.

Infraestructura vial y seguridad precaria

Pese a que la cantidad de mujeres ciclistas ha aumentado, tanto Katherin como Cecilia concuerdan en que el acoso es una de las principales problemáticas a las que se enfrentan, así como la escasez de vías para ciclistas.

En esa línea, Cristina Ruano, urbanista ciclista, señala que los parqueos de bicicletas y ciclovias que ofrecen las autoridades no responden a una necesidad real. “Los parqueos en la Sexta Avenida están ubicados en puntos ciegos. Es fácil robar una bicicleta”, explica.

A los roles de la colectiva Chicas al Pedal asisten decenas de mujeres ciclistas. Foto: Cristina Ruano

Respecto a las ciclovías en el área metropolitana, menciona que están en líneas curvas, cuando deberían ser en línea recta como los vehículos, debido a que es un medio de transporte. Esto quiere decir que las ciclovías públicas fueron creadas para la recreación y no para transporte.

Las autoridades deben de tomar en cuenta la opinión de la masa crítica de ciclistas. No hacen una encuesta a las personas usuarias de la movilidad urbana en transportes de bajo alcance como bicicletas y patinetas”, indica Cristina. Añade que no hay iluminación adecuada, considerando que el país no es seguro para las mujeres.

Ante esto, Katherin y Cecilia consideran que Chicas al Pedal propone una red de cuidado para las mujeres. “Entre todas nos cuidamos en cuestiones básicas de seguridad como trazar la ruta previamente, calcular puntos difíciles, hacer paradas para asegurarnos que estamos bien, y eso es lo que estamos logrando”, concluyen.

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“Aprendiendo a andar en bici” es la próxima actividad de Chicas al Pedal, la cual se realizará en la Avenida Simeón Cañas, zona 2 de la ciudad capital, a partir de las 15:00 el sábado 30 de abril. Está abierto a todas las edades, así también para quienes usan patines, patineta o monopatín.