Acta de independencia de Guatemala, 15 de septiembre de 1821, sobre la urgencia de proclamar la independencia: “para prevenir las consecuencias que serían temibles en el caso de que la proclamase de hecho el mismo pueblo.”

La semana del 11 al 17 de septiembre tuvo,  por lo menos, 3 días de descanso y distracción para el país. Muchas y muchos se dedicaron a la contemplación del performance de las bandas escolares que desfilaron con coreografías en alusión al ejército. Semanas antes del 15 de septiembre, ya se escuchaban los tambores por algunas calles de la ciudad. Se celebró a La Patria, la idea de independencia, La Nación.

En esta misma semana prosiguió, en cámara lenta, el proceso de golpe de Estado, maquinado desde el Ministerio Público (MP). Su  nuevo paso fue violentar las boletas de votación de la primera vuelta electoral, celebrada el 25 de junio de 2023. Según lo dicta la Ley Electoral y de Partidos Políticos (LEPP), los únicos que pueden velar y disponer de estas boletas son el Tribunal Supremo Electoral (TSE), y las Juntas Electorales. La violación a dicha ley fue clara.

 Mientras continúan los días de distracciones y de noticias abrumadoras, nuestras alarmas deben permanecer encendidas, porque es en estos momentos cuando el grupo corrupto aprovecha para, desde el Organismo Legislativo, aprobar leyes de “urgencia nacional”. Ejemplo de ello es la Ley para la protección de obtención de vegetales (Ley Monsanto), que busca privatizar las semillas, en palabras de Eliane Hauri Fuentes. Otros de los proyectos de ley“engavetados”, y que podría resurgir en estos días en el Legislativo es la Ley de amnistía (iniciativa 6099), que estuvo en discusión en  la Comisión de Derechos Humanos del Congreso el pasado agosto.

¿Qué vendrá después de esto? ¿qué escenarios pueden surgir después de violar tan abruptamente el proceso democrático de las elecciones? ¿Quiénes se benefician de la impunidad? ¿Quiénes se benefician del estropajo que tenemos como Estado?

El Estado no funciona, no hace su trabajo y no sirve a la gente. Además, perjudica a la población con violaciones a la ley y con la corrupción. Si el Estado funcionara, la gente obtendría educación, salud, calles en buenas condiciones, limpias y seguras, agua potable y transporte público; beneficios mínimos para una vida digna. Gran porcentaje de la población sale adelante a pesar de este Estado podrido. Las familias se sostienen, en su mayoría, por las actividades económicas de las mujeres en la mal llamada “economía informal”. Si las instituciones funcionaran, otra historia sería para toda la población.

La gente sabe quiénes son ustedes, los corruptos. Conoce sus nombres, sus lujos y sus sueldos. Saben que sus privilegios les permiten llevar una vida con todas las facilidades y excesos innecesarios, y saben, también, que eso no es suficiente para ustedes, no les satisface, no les llena, y que muchos de ustedes se dedican al saqueo, al robo. La gente no es tonta, sabe que las instituciones no responden porque hay corrupción desmedida. Por ello, más de ciento veinte mil firmas fueron recolectadas para que renuncien Consuelo Porras, Rafael Curruchiche y Cynthia Monterroso.

No celebro el mes patrio, porque la independencia fue un fraude más, una mala jugada más. Aún así amo terriblemente a este territorio, a mi pueblo, a mis amigos, mi familia, mi casa. Por ello, en este mes controversial y ambivalente, pido de nuevo a Consuelo Porras, Rafael Curruchiche, Fredy Orellana y Cynthia Monterroso su renuncia. Pido que las cortes hagan su parte para evitar estas barbaridades.Pido a las personas que están en las instituciones y que reconocen que están lapidando la democracia que cesen sus acciones y pido al grupo social privilegiado “élite” que se haga a un lado para que las instituciones estatales resurjan y que la democracia se respete.