Por: Yaslin Cabezas

Su muerte ha consternado a médicos, amigos y usuarios de redes sociales, quienes piden justicia por la anestesióloga sancarleña, muy querida en su cantón y en salas de hospitales públicos y privados.

En redes sociales varios colegas y amigos han dejado desgarradores mensajes de despedida para ella, agradeciendo por su carisma y por el amor que sembró.

“Era divertido que dieras la anestesia, siempre tranquilizabas al paciente ya fuera con palabras o con algún mecatazo por sus venas (…) Me da rabia pensar que luego de ayudar a tanta gente a estar tranquila y sin dolor mientras uno tenía que partirla con un cuchillo, tus últimos minutos de vida hayan estado en el más absoluto terror y dolor. Con marcas de que peleaste hasta el último aliento por tu vida (…) ‘Es que ya una mujer no puede pasear sola’. No, en esta sociedad nunca ha podido. Es más indignante aún pensar eso, vos siempre tan independiente y mandada, y que te haya alcanzado la muerte en circunstancias tan horribles. Tenemos que cambiar eso como sociedad. Dejar de pensar que la mujer es solo una víctima en stand-by“, dice una publicación de despedida en el Facebook de El Cirujano Odioso. 

También, abundan las publicaciones pidiendo justicia por la brutal muerte de la médico.

“A María Luisa Cedeño Quesada la mataron porque en este país, una mujer no puede viajar sola, no es seguro para nosotras. Un feminicidio más en Costa Rica. No conocía a la colega, las palabras de aprecio de quienes sí, me hacen reconocer en ella a un ser humano bueno”, escribió una mujer en Twitter.

El cirujano plástico, Christian Rivera también conocía a la anestesióloga y había compartido con ella. Él expresó su dolor a través de sus redes sociales, donde aseguró que, como sociedad, hemos fallado. 

“Como creyente se pone todo en manos de Dios; como hombre hubiera querido estar allí para defenderla, como médico hubiera querido haber estado para allí para luchar por su vida; porque en la memoria de Luisa está representada cada mujer de mi país, cada adolescente que sueña, cada niña que hoy camina de la mano de sus padres, cada bebé que está por nacer; y merecen hacerlo en un país que les de la seguridad y la libertad que ellas y nosotros necesitamos… pero como sociedad hemos fallado. Dios reciba a Luisa, le de paz a sus familiares y a nosotros el coraje, la inteligencia y la sabiduría para hacer lo necesario para que a ninguna mujer más le sea arrebatada su vida“, manifestó.

La Pastoral Social de La Fortuna de San Carlos se unió a las condolencias para la familia de Luisa. 

“Repudiamos la forma violenta en que pereció, unida a muchas otras mujeres que enlistan tan cruel acto. Dios y mamá María, reconforten sus heridos corazones, amigos y hermanos en Cristo, colaboradores de nuestra organización social, que vela por los más necesitados. Don Arnoldo, Doña Vilma y familia, nuestras oraciones al Señor, para que mitigue ese dolor y para Luisita, el descanso eterno”, publicaron en Facebook.

La botella de vino

La víctima fue vista por última vez la noche del domingo, después de las 9:00 p.m. Ella solicitó una botella de vino y se fue a su habitación en el hotel. Desde entonces no se supo más, hasta que fue hallada sin vida este lunes en horas de la tarde.

La puerta del cuarto donde se hospedaba no estaba forzada y de forma preliminar se maneja que ella se encontraba hospedada en el hotel sola. Así lo afirmaron testigos que se encontraban en el lugar.

Ella llegó desde el viernes a la zona de Quepos y el lunes fue ubicada en el cuarto. Su cuerpo estaba envuelto en una sábana y ella estaba semidesnuda, golpeada y presentaba múltiples heridas de arma blanca. En la habitación había “bastantes rastros de sangre” y la misma estaba muy desordenada. 

Este martes las autoridades confirmaron la detención de un sujeto sospechoso del asesinato quien, al parecer, vivía en una de las habitaciones del hotel.

Él es un exempleado del lugar, pero desde abril vivía en una de las habitaciones. Los agentes judiciales tratan de determinar si el hombre tuvo alguna participación en el crimen. El hombre es de apellido Herrera.