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Más allá de las audiencias de Virginia Laparra

“Venir otra vez es muy emotivo, las montañas, la naturaleza, las curvas inigualables del camino a Occidente, todo eso es muy emocionante para mí. Es como volver a recordar todo lo que he vivido”

De esa manera describió Virginia Laparra, exjefa de la Fiscalía Especial contra la Impunidad (FECI), lo que sintió al regresar a la ciudad de Xela, en Quetzaltenango, de donde es originaria y a donde llegó el 21 de abril acusada de supuestamente revelar secretos, en un proceso judicial que según organizaciones nacionales e internacionales busca criminalizarla.

Inicialmente el Ministerio Público (MP) solicitó desestimar esa acusación contra Virginia, al no encontrar delito qué perseguir; no obstante, luego de una oposición a esa solicitud, en enero fue reactivado el proceso. Los buenos recuerdos que Virginia atesora del Altiplano donde vivió, estudió y trabajó, volvieron a su mente cuando fue trasladada por el Sistema Penitenciario (SP) al Organismo Judicial en esa región.

Virgnia fue citada a esa audiencia porque el 13 de julio del 2018 el exjuez de Mayor Riesgo de Quetzaltenango y Relator contra la Tortura, Lesther Castellanos la denunció en una carta que envío a la Fiscal General y Jefa del Ministerio Público, María Consuelo Porras. En ese documento aseguró que se habrían cometido siete delitos: revelación de secretos, abuso de autoridad, omisión de denuncia, tráfico de influencias, perjurio, falso testimonio y revelación de información confidencial, en un caso en contra del exfutbolista René Villavicencio.

En ese proceso, Villavicencio fue condenado en el 2018  por la venta de información de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG).

Dos meses antes de la denuncia de Castellanos contra Virginia, él había sido sancionado por la Junta de Disciplina Judicial por no guardar la prudencia, según una denuncia interpuesta por la exmandataria de la CICIG, Flor Gálvez, donde se señaló que el exjuez compartió información a terceros que no eran parte del proceso penal contra el exfutbolista Villavicencio. 

Galvéz presentó ante la Junta de Disciplina Judicial que el 22 de agosto de 2017, el abogado y ahora querellante del proceso penal contra Virginia, Omar Barrios, realizó una publicación en Facebook que contenía información sobre la recusación que hizo la CICIG contra Castellanos. 

En el documento que Castellanos envió a Porras indicó que esa denuncia era espuria y estaba basada en información falsa en su contra, razón por la que dijo “me encontré en la obligación de recabar pruebas de descargo para ejercer mi derecho de defensa ante la Honorable Junta de Disciplina Judicial”.  Según Castellanos, debido a ese proceso de búsqueda, realizó “un hallazgo de carácter eventual” de los aparentes delitos que Virginia habría cometido.

Ahora, Virginia afronta dos procesos penales en su contra, uno que se dilucida en los juzgados de la ciudad capital, en el que busca revertir la condena de cuatro años de cárcel por abuso de autoridad por denunciar éticamente al exjuez Castellanos y el segundo en Quetzaltenango por supuestamente revelar secretos.

“Nada de qué avergonzarme”

Virginia está en prisión desde el 23 de febrero del 2022, hace un año y dos meses aproximadamente. Cuando debe ir a Quetzaltenango por una audiencia, el traslado se realiza  desde la cárcel del cuartel militar del Castillo de San Rafael de Matamoros, mientras es custodiada por agentes de seguridad. 

Para Virginia es lamentable y una injusticia regresar a Xela en esas condiciones: “creo  que hay una injusticia notoria, respecto a mantenerme en prisión preventiva por los hechos que me acusan. Siempre lo he dicho, no tengo nada de qué avergonzarme, no he cometido ningún hecho delictivo, sin embargo, el procesamiento de estos ilícitos no ameritan una prisión preventiva, eso lo sabe todo el mundo. Personas que han estado ligadas a hechos de corrupción, millonarios, tienen medidas sustitutivas”.

Durante este tiempo en prisión, la exfiscal luchó para acceder al derecho a su salud y lograr ser operada en marzo pasado, ya que fue diagnosticada con tumores benignos en el útero. Tras la intervención quirúrgica, el semblante de Virginia mejoró al igual que su energía. 

“La vida es linda, hay que seguir”

Durante una entrevista que Virginia concedió a Ruda, para contar sobre el largo proceso que ha enfrentado, hubo momentos en que su voz  se entrecortó, pero permaneció firme para señalar las injusticias.

Foto: Verónica Orantes

Empezar el día en una prisión no es algo fácil de imaginar, pero Virginia relató que cuando abre los ojos es “como aquella película donde la chica pierde la memoria. No sé cómo se llama, pero todos los días le tienen que contar la historia de su vida -Como si fuera la primera vez- . Es algo así, todos los días despertarme y ver que estoy en prisión”.

Virginia dijo que todos los días “es de repasar cuáles son las circunstancias, tal vez no tan a la vista, de la ilegalidad y la injusticia. Es de explicarme y entenderlo”. Luego de ese proceso, se levanta a buscar un turno para poder bañarse. 

“Luego busco algo para comer, organizo mis cosas y lo que he utilizado para escribir. Ya para todo eso ha llegado la hora de del almuerzo, o la hora en que hay que comer nuevamente, porque el hambre no me da. Si hay oportunidad y algún pequeño espacio, porque el espacio es muy, muy, limitado, me cambio y hago un poco de ejercicio, luego busco bañarme de nuevo y otra vez a leer”, añadió

Sobre sus lecturas preferidas durante este tiempo, indicó que ha podido leer de todo lo que le han llevado sus amigos, abogadas y familia. “He leído de todo un poco. Varios libros sobre el holocausto, poesía,  la historia de Guatemala,  libros jurídicos, de motivación y libros cristianos”.

Pese a señalar las injusticias, ilegalidades y que no existen garantías en el proceso, Virginia dijo qué le motiva a continuar y luchar: “Primero, que soy inocente; segundo, que tengo dos bellos tesoros por quienes vivir y que la vida es linda, hay que seguir. Es difícil entender y ver cuando llevan el periódico y te enteras que le dieron una medida sustitutiva a personas que ni siquiera tienen derecho a medida. Eso es complicado”

En general, mantenerse de buen ánimo en estas circunstancias no es algo común para la exfiscal, “porque hay días malos y hay días peores”. 

Virginia también comentó que su comida preferida es la lasaña, un platillo que no ha probado desde hace mucho tiempo. 

Efectos de la prisión 

Para la psicóloga Gabriela Monroy, durante este tipo de procesos es importante nombrar el tipo de caso y sus implicaciones, porque tienen un efecto directo sobre las personas. 

Explicó que al nombrar el encierro, en este caso por prisión preventiva, se debe tener en cuenta que está vigente  la presunción de inocencia y que también puede haber condenas a personas que no necesariamente son culpables. 

“Cualquier encierro implica la no participación del individuo, una pérdida de control, y de participación activa de lo que está sucediendo en su vida y a esto se le conoce psicológicamente como trauma. El encierro va a ser un trauma porque tiene todas las características para serlo”, detalló Gabriela. 

Foto: Verónica Orantes

Además, indicó que la prisión es algo abrupto y trastoca la cotidianidad de la persona. 

También la privación de libertad puede tener efectos secundarios cómo alteraciones en el sueño y en el estado del ánimo, explicó Gabriela. “Incluso en algunos casos, de acuerdo al tiempo que dure el encierro y las condiciones en que se desarrolle, hay personas que pueden desarrollar trastornos de la personalidad e incluso trastornos del estado del ánimo”.

El género también tiene un papel muy importante, ya que son distintos los efectos psicológicos sobre las mujeres que son privadas de libertad a los que manifiestan los hombres, agregó la profesional.

Gabriela detalló que los episodios de estado de depresión son más prevalentes en personas que se identifican como mujeres y que estén  privadas de libertad. Resaltó que por lo tanto, existe el trauma y también la prisión compromete la salud mental. Además explicó que suele existir una exigencia por parte del entorno social para que la persona se mantenga bien. 

En el caso de las persona que se identifican como hombres suelen exteriorizar la experiencia hacia fuera, como demostrando irá o violencia, puntualizó. 

Antecedentes del segundo juicio 

El Ministerio Público acusa a Virginia porque supuestamente habría revelado secretos el 4 de julio de 2018 en una audiencia contra el exfutbolista, René Villavicencio al solicitar la suspensión de dicha diligencia, la exfiscal habría revelado información al indicar que había una resolución pendiente en otro caso penal contra Villavicencio para saber si  sería colaborador eficaz, debido a que el segundo caso contra el exfutbolista estaba en reserva.

La abogada defensora Claudia González, indicó que Virginia no estaba sola en esa audiencia y cuestionó al Ministerio Público sobre la información supuestamente revelada, debido a que estaba en una audiencia pública, en el que había control jurisdiccional. 

Mientras en el primer proceso penal que se conoce en los juzgados de la capital, continúa la lucha para buscar revocar la condena de cuatro años de cárcel dada en su contra en diciembre pasado por abuso de autoridad. 

Organizaciones como la Alianza por las Reformas, que aglutina a más de 40 organizaciones de defensa de los derechos humanos en Guatemala y Amnistía Internacional, han señalado la falta de garantías y distorsión de la ley en el proceso contra Virginia, considerándola como presa de conciencia. 

Para el próximo 22 de mayo se programó que inicie el segundo juicio contra Virginia por revelación de secretos, por lo que nuevamente emprenderá camino al Altiplano de sus memorias.