RUDA

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Manifiesto Somos periodistas y feministas.

Fotografía: Prensa Libre

Por: Mujeres periodistas de latinoamérica

Manifiesto Somos periodistas y feministas. 

Somos periodistas feministas de América Latina y el Caribe y vamos a hablar de nuestro lugar en la batalla cultural. 

Tenemos buenas noticias: somos cada vez más y son cada vez más los medios de comunicación feministas fundados al compás de lo que sucede en las calles, en las marchas, en los plantones, en las huelgas, en todos lados. 

Sin embargo, en alguna parte de nuestra región, en una redacción, una radio o una sala de producción alguien está escribiendo un titular machista que discrimina, publicando una foto que vulnera la intimidad de una víctima, alguien prescribe desde su fundamentalismo, reproduce racismo o aborda un problema de nuestra agenda desde un enfoque morboso. En este momento, en una redacción, una radio o una sala de producción una compañera está atravesando una situación de acoso laboral. Tenemos la certeza de que alguna colega está siendo atacada en las redes sociales por sus posicionamientos y una colega no es contratada o cobra menos por razones de género.

Tenemos buenas noticias: nosotrxs, las periodistas feministas, los periodistas feministas, les periodistas feministas, damos la batalla.

El periodismo feminista abre la conversación. Producimos y difundimos información con mirada feminista vinculada a la situación de niñas, niños, adolescentes, jóvenes, mujeres, lesbianas, travestis, personas trans y no binarias, gays y, también, sobre varones hétero cis. Insistimos en la calidad de los contenidos, sumamos sujetos políticos y actores sociales a la discusión y promovemos transformaciones en la opinión pública: en muchos de nuestros países los medios dejaron de lado la idea de “crimen pasional” para empezar a decir femicidio/feminicidio. La discusión sobre el aborto en nuestra región hubiese sido imposible sin la articulación con las periodistas feministas en los medios. 

 El periodismo feminista busca la transformación social. Narramos las desigualdades estructurales de nuestras sociedades, para que algún día dejen de existir. 

El periodismo feminista no victimiza. Construímos relatos que resaltan la fortaleza desde las propias protagonistas en lugar de ubicarlas en el lugar de la dependencia y la debilidad. No exponemos imágenes de la crueldad, ni hurgamos en la intimidad, estrategias del periodismo patriarcal, ávido de dinero y sensacionalismo. 

El periodismo feminista piensa las escenas como un problema de poder. Ni ser niña, joven, mujer, lesbiana, travesti te hace víctima, ni ser varón cis te convierte en enemigo, pensamos fuera del binario de género y del par binario víctima-victimario. El género, como único vector de opresión, no explica nada. El periodismo feminista es interseccional.

El periodismo feminista es inclusivo y expansivo. El lenguaje inclusivo o no binario es parte de las herramientas que usamos para que todas las personas se sientan parte de lo que narramos. También incorporamos voces que nunca ocuparon el lugar de fuentes legítimas a lo largo de la historia. El periodismo feminista está en constante movimiento. Cualquiera que quiera puede practicarlo.

Lxs periodistas feministas nos nombramos a nosotrxs mismxs. Lo hacemos para que el trabajo sea reconocido por el valor que tiene en sí. Trabajamos en red y de forma coordinada: creemos que juntxs somos más fuertes, nos cuidamos, somos parte de un mundo en tensión y transformación. Somos activistas: nuestra identidad es ya un manifiesto. Nuestra actividad es ya un manifiesto.

El periodismo feminista se cuestiona a sí mismo. Estamos en estado de asamblea permanente revisando nuestras prácticas y nuestros modos de abordaje. Lxs periodistas feministas alentamos el debate por sobre los conceptos cerrados y las máximas. No bajamos línea, ponemos los puntos y los unimos discutiendo. 

El periodismo feminista trama estrategias. Lxs periodistas feministas resguardamos la información que circula, cuidamos las fuentes, supeditados nuestras acciones al bienestar de lxs otrxs, demandamos políticas públicas adecuadas, incentivamos la participación política y la manifestación callejera.

El periodismo feminista es interdisciplinario. Trabajamos en sintonía con organizaciones de la sociedad civil, grupos activistas, aliadxs dentro del Estado, y creamos estrategias insólitas para empujar el cambio social en todos lados. El periodismo feminista apoya las decisiones autónomas y libres, por eso luchamos por la legalización del aborto voluntario en todo el mundo.

El periodismo feminista tiene su propia genealogía. Estamos formadxs por voces, lecturas y experiencias de otrxs que fueron dejando huella. Somos parte de las luchas históricas de nuestra región: por nuestra independencia, por la libertad, por la justicia y la memoria. Estamos atravesadxs por distintas narrativas interdisciplinarias del arte, la ciencia, la organización política, el autocuidado, el cuerpo, la identidad y la historia.

El periodismo feminista reparte responsabilidades. Nombramos los sistemas en los que se imbrican las violencias,los contextos de las historias y la genealogía del poder en los vínculos. No hay hechos aislados, somos mucho más que “casos”.

El periodismo feminista se basa en los derechos humanos. Denunciamos las situaciones de opresión, injusticia y discriminación de toda la población. Somos parte de la ciudadanía y apostamos por sociedades más democráticas. 

El periodismo feminista es creativo e ingenioso. No buscamos la novedad, sino renovarnos en las formas de mostrar y narrar, para escribir ese otro relato que, desde siempre, ha estado proscrito en los medios y formatos tradicionales: la historia de lxs otrxs.

El periodismo feminista es un hecho colectivo. Acompañamos los sucesos históricos con una mirada crítica, pensada y vivida desde el colectivo y lo comunitario. El periodismo feminista no es ni será nunca un ejercicio individual(ista).

Siempre rebeldes y nunca complacientes. No nos conformamos ni nos doblegamos ante verdades a medias o narrativas oficiales. Donde parece simple, complejizamos, donde parece complejo, simplificamos. Cuestionamos y reinventamos con el afán de impulsar y profundizar transformaciones sociales. Somos periodistas y feministas.