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Mandy Joha: “Soy muy apasionada y la música me sostiene desde que me encontré ahí”

Lesbiana, poeta, dj y activista, en esta entrevista comparte cómo llegó a ser dj y cómo la música le permitió ser ella misma.

Cuando la noche empieza, la tornamesa, la música y la euforia que sucede en las pistas de baile que se encuentran en La Antigua Guatemala y bares de la zona 1 Ciudad de Guatemala, llegan a ser parte de la creación y fuerza de la disc-jockey (Dj) Mandy Joha, que prende con su talento a toda aquella persona que pise el lugar donde ella se encuentre como pinchadisco al caer el sol.

Aunque en Guatemala existe una Ley Seca que prohíbe la venta de licor después de la una de la mañana, esto implica que muchos lugares apaguen la música, cierren sus puertas y que la fiesta dure hasta cierta hora, aun así hay mujeres pinchandiscos como Mandy que generan noches espectaculares para devolver la alegría y el ritmo a la vida de quién guste de los pasos de baile en bares o discotecas.

En la escena musical donde ella se encuentra hay de sobra varones que mientras tocan la música que está de moda, se escucha en medio de los beats el nombre del Dj, o existe un presentador que alardea de la presencia de quién hace que la fiesta se dé. Para Mandy las cosas son distintas. Ella tuvo su primer toque después de la primera vez que conoció cómo se conectaba el equipo para que empezara a funcionar.

La primera Dj mujer que se reconoce en el gremio, “Baby G”, le dijo que si se quería dedicar a ser Dj tenía que tomarlo en serio y saber conectar su propio equipo. Esta fue una lección que ha acompañado a Mandy desde que decidió ser una pinchadiscos por su tremenda conexión con la música desde niña.

Fotografía: Cortesía

Cortar con lo “normal”

Mandy Johana Cifuentes Umaña es realmente Mandy Joha, quien se define como la desconstrucción de la mujer que ha llegado a ser. Una de las primeras cosas que hizo fue cortar su segundo nombre, al igual que cortar su cabello largo. Este acto fue un antes y un después para nombrarse lesbiana y compartir la música con más personas. Así lo dice desde una conversación vía Zoom que permite conocerla más a fondo.

Fotografía: Cortesía

Ella descubrió la música por su abuela y un tocadiscos que tenían en casa, que ahora le pertenece. Ese aparato acompañado de discos llenó su niñez y fue su juego favorito.

Sin aquel encuentro con la música, la vida de Mandy no sería la misma. La música fue su refugio en la adolescencia. Cuando la asfixió, principalmente, no poder decir quién era, la poesía y la música estaban para ella. Relata que uno de esos recuerdos que tiene es cuando su mamá le encontró una carta con un poema dirigido a una mujer.

Antes de ser Dj coleccionaba música en casetes y discos, y al momento de cumplir 21 años, nota que algo debía renacer. De ahí surge nombrarse Mandy Joha, revelar quién era y lo simbólico de cortar su cabello con lo establecido. Porque “los mandatos que existen para su género nunca fueron para ella”, afirma.

Mandy es una mujer lesbiana visible. Desde entonces y para ser quién es, la música fue su lugar de sentirse quién era realmente. “La música iba conmigo hasta que llegó un punto donde quise experimentar todo este camino”.

La música la sostiene

La decisión firme de llegar a ser Dj se dio una noche cuando vivía con unas amigas en Villa Nueva y les compartió a lo que se quería dedicar. Aunque el lugar que le permitió más tener acceso a más eventos y conocer a más personas fue zona 1, donde vivió por mucho tiempo.

Mandy rompe con lo que la sociedad solicita que sea una mujer y una Dj. Ella es una mujer lesbiana de 37 años, que dio sus primeros pasos como Dj siendo empírica y cuando tenía los toques, lograba acceder a un equipo profesional hasta que poco a poco adquirió el propio. “Soy muy apasionada y la música me sostiene desde que me encontré ahí”, así lo afirma.

Desde su primer toque como Dj, un 27 de mayo de 2010 en el bar Gran Hotel, su capacidad de poner a bailar a las personas con su selección de música la ha llevado a seguir subiendo a la tornamesa. “Desde ahí no he dejado de tocar. Lo recuerdo porque hubo una erupción del volcán de Pacaya”.

Fronteras de ser una mujer Dj

Mientras la música la ha sostenido, no como un oficio sino como una forma de vida, también en ese camino se ha tenido que enfrentar a micromachismos y violencia. “De mis experiencias como límites que nos ponen. En el camino fui aprendiendo que me estaban violentando, cuánta violencia había recibido”.

Cuando la empezaron a contratar, en zona 1, primero como invitada, después como residente los fines de semana por su boom en las fiestas, se topó con esas agresiones donde otros hombres Dj le le explicaban cómo debía ser Dj, sin ella solicitarlo. El famoso mansplaining, en que los hombres quieren explicar cómo deben de ser las cosas según ellos.

Una las violencias más fuertes que recuerda es cuando un desconocido la agarró del cuello por no ponerle la canción que él quería. Ella reaccionó y quitó la música de inmediato “yo tenía el control de la fiesta, todos se dieron cuenta que me tenían del cuello. Ese hombre fue retirado del lugar, pero esas historias le han demostrado que las noches son fronteras constantes”.

Fotografía: Cortesía

De Dj a crear música

De los comentarios que se escuchan sobre ser Dj como “Vivir la noche”, “el poder que tiene la Dj” y estar para el público hasta fiestas de 4, 8 y 12 horas, lo que sigue de Mandy Joha no para. Con su interés en los sonidos de la naturaleza y su forma independiente de ir creciendo cada noche de toque, está cruzando otras posibilidades para crear música e ideas para audiovisuales y documentales.

Entre los últimos trabajos que está creando para producciones se encuentra el audiovisual “Las niñas de Guatemala”, donde realizó la co-producción fonográfica, el fondo musical del audiovisual “Vulcánica” y “Es mi derecho”, donde fue parte de la pieza musical y rítmica.

Así que todavía hay más noches y días para una Dj como Mandy Joha. Una mujer que ya ha marcado una diferencia en la música y en las Dj del país, no solo por su visibilidad sino porque le entrega alegría y una dosis de espacio seguro a quienes acuden a los lugares donde pone el ambiente como el más distinguido que tiene o como ella suele decir que significa ir a uno “Lo bailado nadie te lo quita”.