En el marco del 8 de marzo las mujeres, abuelas, madres, jóvenes, mujeres trans y niñas salieron a la calle a conmemorar la lucha de las mujeres en diferentes puntos del país. Este 2023 se registraron movilizaciones en los departamentos de Quetzaltenango, Huehuetenango, Izabal, Alta Verapaz, Quiché, Guatemala y Sacatepequez.

Isabel Cruz forma parte de la alianza de la mujer en la marcha femenista. Recuerda que los movimientos sociales comenzaron después de la firma de los Acuerdos de la Paz en 1996. La participación de Cruz inició en 1998, comentó que eran un grupo pequeño de mujeres que se movilizaba en las calles para exigir los derechos a la igualdad en todas sus formas. Aunque siempre cuidándose porque existía el riesgo de agresiones.

Brenda Hernández, mujer feminista ha estado acompañando en las marchas a las mujereres en sus diferentes luchas en la Ciudad de Guatemala. En sus palabras expresa que a lo largo de la historia se ha querido visibilizar cómo la mujer ha vivido y sigue viviendo en un sistema machista, donde la violencia es el resultado de la misma.

Casos emblemáticos como Mujeres Achí, Sepur Zarco y el caso de Hogar Seguro han evidenciado la violencia estructural que afecta a las mujeres. “Es importante hacer visible el hecho de que somos una población mayoritariamente mujeres y aún así, no tenemos un nivel de representatividad en los espacios de poder”, manifestó Brenda. 

Reconoce que la lucha de las mujeres ha estado creciendo en la actualidad, el hecho que se unan colectivos y organizaciones a solidificar una misma lucha. Sin embargo, eso ha traído algunos riesgos donde ella ha visto algunos ataques hacia algunas organizaciones y colectivas.

Sandra Xinico, mujer maya Kaqchikel, considera que Guatemala es un país racista, colonialista, patriarcal que excluye y violenta de múltiples maneras a las mujeres de pueblos originarios y a las mujeres jóvenes. Es ante esto resalta lo importante que es  la participación de las mujeres en los diferentes territorios de Guatemala.

La presencia de niñas ha marcado las últimas caravanas del #8M, sobre todo. La Asociación Coincidir ha promovido la participación activa de niñas a través de una batucada. Ellas han estado acompañando, denunciando los casos de violencia sexual en contra de la niñez. Con tambores, panderetas y entre consignas dicen "Las niñas primero no deben ir atrás queremos jugar y vivir en paz" y "La voz de las niñas tiene fuerza y verdad por eso exigimos vida y dignidad". Su demanda es la seguridad, porque ellas desean jugar y tener una vida digna, ser felices.

Las mujeres trans también forman parte de la caravana 8M y tienen sus propias demandas. Madeline Martín, perteneciente a la Asociación Lambda, cree que el feminismo ha sido difícil para la población trans hablando desde la biología, y esto es debido a que han sido condicionadas por su genital y no por su identidad de género. Actualmente están luchando para que legalicen la ley de identidad de género que permita erradicar las desigualdades y violencias que les aquejan.

Cada mujer, no importando su edad, está presente colocando el cuerpo, sus demandas y sus palabras para que se puedan escuchar, es por ello que luchan como mujer.