RUDA

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Lolita Chávez: defender el territorio y defender la madre naturaleza, es defender nuestro cuerpo

Fotografía: Ruda

Por: Campaña Palabras de las Hijas del Mayab´

Hija del Mayab´Aura Lolita Chávez
Lolita Chávez es una activista de los derechos humanos y lideresa indígena guatemalteca que lucha por preservar los bienes naturales, poniendo énfasis en que no se continúe con la tala ilegal de árboles.

Ella es miembro del CPK, por la defensa de la vida, madre naturaleza tierra y territorio. Defiende los territorios, su derecho de autodeterminación, los derechos a la vida tal y como lo desean los pueblos indígenas, igualmente contra la violencia hacia la mujer.

El 4 de julio de 2012, Lolita asistió a una manifestación pacífica contra el alcalde José Francisco Pérez Reyes que era miembro del Partido Patriota. Al regresar de la actividad, su autobús sufrió una emboscada por un grupo de hombres armados con machetes, cuchillos y bastones. Ella debido a la criminalización y temiendo por su vida abandonó el país.

“Yo mamé la rebeldía, la revolución y la resignificación de mi ser, con leche materna, el ejemplo materno de organización comunitaria para enfrentar la represión militar durante la guerra civil en Guatemala”.

Lolita es una mujer con mucha energía, madre de dos hijos. Salir de forma involuntaria de su territorio, afectó a su familia, sobre todo al considerar que para una mujer es vital permanecer en su lugar de origen, ella es una autoridad indígena que se ha ganado el respeto de movimiento de resistencia indígena.

Lolita actualmente se encuentra en Guatemala donde continúa la lucha por la defensa del territorio.

¿Cómo promuevo la defensa de la vida?
Soy Aura Lolita Chávez maya K’iche’ defensora de la vida y defensora de los territorios, es importante reconocer que dado el contexto de mi pueblo se han vivido genocidios, múltiples opresiones, el empobrecimiento, la militarización, la presencia de empresas transnacionales, la invasión a través de las potencias mundiales.

Como defensora el planteamiento de promover la defensa de la vida es generarlo a través de principios de sanación, retomando lo del tz’aqat, reciprocidad en donde decimos que sanando tú sano yo, sanando yo sanas tú, la reciprocidad de la sanación. También es muy importante mi caminar en el diálogo de saberes, reconocemos que como pueblo maya, no tenemos la verdad absoluta, no somos el pueblo perfecto, ni el único, ni el mejor, simplemente tenemos un modelo de vida y a través de mi participación activa y consciente en las acciones de mi pueblo, también participo dentro de los movimientos de lucha. Además soy parte del Consejo de Pueblos K’iche’s , donde doy a conocer el planteamiento de nuestro modelo de vida.

Otras de las acciones que promuevo es la exigencia de justicia en contra de la criminalización, de los asesinatos de defensoras y defensores. Como defensora denuncio las acciones de los procesos corporativos, patriarcales, neoliberales, y racistas.

Retomando nuestra cosmovisión maya, promuevo los procesos de consulta, de los tejidos y entretejidos de redes de nuevos internacionalismos donde se reconozcan los feminismos, que se reconozcan las expresiones territoriales de los pueblos originarios en la red de la vida.

¿Qué me hace ser mujer maya?
Que tenemos una cosmogonía y esta cosmogonía está en la conciencia de mí ser, he ido retomando a través de mi historia, a través de vivir en una territorialidad que lamentablemente no es en mi pueblo y que añoro mucho. Pero siempre está en nuestro ser la territorialidad, el planteamiento de mi pueblo en la defensa del territorio, el nombre mismo K’iche’ con una expresión de modelo de vida, mi historia, el compromiso cosmogónico, político en la red de la vida y la comunidad, eso también me hace ser mujer maya, y sentir mi identidad reconociendo que nuestro planteamiento de vida en comunidad tiene sus propias expresiones dentro de un tiempo, espacio, y el movimiento de la vida.

¿Por qué defiendo la madre tierra?
Es importante reconocer que este caminar es parte de mi cosmocimiento formado en mi pueblo y a través de la formación, de la generación de conciencia, de diálogo de saberes, la liberación de nuestro ser, de nuestro pueblo, y de nuestro territorio, es la liberación de la madre tierra, no podemos, aislarnos, tengo conciencia de ser parte de la madre tierra, así se me han enseñado, que no somos dueños y dueñas de la madre tierra, sino que venimos de ella, y también asumo la reivindicación histórica de mi pueblo, que es una reivindicación cultural, espiritual, que se une no solo a los cuatro pueblos que cohabitamos Iximulew más llamado Guatemala, sino que también nos unimos con otros pueblos originarios en este caminar emancipatorio de la vida, desde la vida y en la vida, nuestro destino esta tejido y unido a la madre tierra.

Dignifico la memoria, la historia la sangre, y el vientre de mis ancestros.

Este caminar me ha enseñado ir desenmascarando estas imposiciones de mercantilización de la naturaleza, porque defender el territorio y defender la madre naturaleza, es defender nuestro cuerpo como un primer territorio de defensa.

Yo coincido con muchas reivindicaciones, con muchas luchas, de otros pueblos originarios donde hemos denunciado las políticas neoliberales, las políticas extractivitas, las políticas de los proyectos transnacionales de muerte que se vinculan también con los gobiernos entreguistas, corruptos, en donde también la justicia se ha quedado por un lado de la vida y más esta justicia que ha impulsado mucho la impunidad en los territorios.

Entonces este caminar en autonomía y en libre determinación por nosotras y por nosotros es un derecho muy importante, que no solo debemos reconocerlo, no solo plantearlo, sino también trabajarlo y accionarlo. Vemos como estos gobiernos y las empresas siguen despojando a pesar de que hablan de calentamiento global, cambios climáticos, son expresiones de burla en nuestra vida, de espaldas a las propuestas enmancipatorias que tenemos los pueblos. A todas luces se ve que siguen explotando a la madre naturaleza, siguen mercantilizando, y siguen generando destrozos en muchos de los territorios donde los pueblos ya hemos dicho que no queremos el neoliberalismo ni capitalismo, porque sabemos que son expresiones de muerte y destrucción, despojo y saqueo en nuestros territorios.

Esta es la lucha en la cual me uno por la cual defiendo la madre tierra y defiendo el territorio, esa es la fortaleza que tenemos en comunidad y la fortaleza que tenemos en los pueblos, seguiremos defendiendo estos ciclos de vida, con el caminar de la madre tierra, es difícil, porque estamos siendo perseguidas, criminalizadas, estigmatizadas, porque esas expresiones de destrucción de ecosistemas, la destrucción de los manglares también tiene el interés de seguir atacando y silenciando a las defensoras y a los defensores que estamos en la línea frontal del ataque, pero tenemos mucha inspiración de lo que nuestras ancestras han hecho en este caminar en la red de la vida.

Estamos en nuestros tiempos y territorios, para tocar el territorio de los pueblos originarios deben pensarlo dos veces.

Los defensores si damos la mirada a los diferentes puntos cardinales vemos que hay caminos esperanzadores.

Mis ojos ven con amor y esa fortaleza también es cuando cambias y te das tiempo de la inspiración de tu ser, ese tejido de las luchas desde el ser colectivo y el ser individual, esa es la verdadera relación, re significar el ser, yo tengo derechos, puedo existir, tengo el derecho de vivir bien, tenemos una historia, cuando somos discriminadas las mujeres defensoras no nos conectamos con nuestra historia.
Debemos tener una conciencia que nazca desde el ser y el existir, no desde el tener y querer ser, una red de la vida que los abuelos y abuelas han tejido.

Acuerpamos con amor la red de la vida, que es nuestro caminar.

En Guatemala se nos obliga que olvidemos para sanar.

Convivimos con la madre tierra, con el agua, y las plantas de acuerdo con nuestra cosmovisión.

Las defensoras no somos criminales ni terroristas, defender el agua no es un delito, y cuando hablamos de defender la tierra hablamos también de defender nuestros cuerpos, luchemos juntas y sigamos tejiendo la red de la vida, los territorios, nuestros cuerpos no son propiedad.

Una sabiduría ancestral que también se debe transmitir de generación en generación es el respeto a la tierra, el agua, y las montañas. Por eso, cuando ellas siembran lo hacen para la vida, no para la producción y la comercialización. Si dejamos que las empresas sigan caminando de forma acelerada, no estará en riesgo la vida de las defensoras, sino de toda la humanidad.

Si a la red de la vida, no a las transnacionales de muerte, estamos en lo dicho, caminado por la defensa de la vida.

No nací para ser asesinada, sueño con regresar a mi país y mantenerme con vida.