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Lo que la maternidad suele callar

El concepto madre se ha modernizado en las últimas décadas. Mientras que antes se veía a la maternidad como el propósito principal de las vidas de las mujeres y como un impedimento para que exploraran otros aspectos  de ellas mismas, ahora se ve como simplemente una faceta de sus vidas.

Así mismo, el rol de los padres también se ha transformado, mientras que antes no existían expectativas de un padre presente en la crianza, ahora esto es esperado. Sin embargo, estas transformaciones son, en su mayoría, solamente un ideal. Muy pocos sectores de la población han cambiado realmente. En  muchos  casos, las mujeres siguen haciendo la mayoría del trabajo de mantenimiento y cuidado en el hogar. 

Según el informe publicado por UNICEF en 2019 titulado Cuidado Infantil y familias trabajadoras ¿Una nueva oportunidad o un vínculo perdido?  el 75% del cuidado infantil recae completamente en las manos de las madres. Al lado de esto, según estudios recientes de la organización Ayuda en Acción, se estima que el 80% de los hogares monoparentales están liderados por una mujer. También, datos recientes de la Organización Internacional del trabajo, revelan que aproximadamente  el 57% de las personas que trabajan a tiempo parcial son mujeres, ya que debido a sus responsabilidades, no pueden trabajar en puestos de tiempo completo. Estas demandas hacen que sea más difícil para una mujer crecer dentro de su vida profesional ya que les es imposible cumplir con los requisitos de tiempo que requieren la mayoría de los puestos de alta importancia.  No es justo que las mujeres deban renunciar a sus sueños por la maternidad, ni que sean cargadas con tanto trabajo no remunerado y la carga mental  que eso involucra .

El artículo 151 del Código de Trabajo prohíbe despedir a las trabajadoras en estado de embarazo o período de lactancia. Sin embargo, esto sucede diariamente.  Lastimosamente, muchas empresas no contratan a mujeres que desean ser madres, despiden a mujeres embarazadas o, en otros casos, al tener su hijo las madres se ven obligadas a renunciar debido a lo poco amigable que son los horarios y las demandas laborales. En un artículo reciente del periódico El Mundo se menciona que aproximadamente alrededor del 58% de las madres renuncian a su carrera. La decisión de vivir una maternidad se convierte en algo complejo para las mujeres cuando no debería serlo. 

Otro punto de suma importancia es el hecho de que la mayoría de las empresas no le dan un permiso por paternidad lo suficientemente extenso a los hombres. Esto  hace que toda la responsabilidad recaiga en las madres y demuestra claramente la manera en la que está normalizado que las mujeres asuman toda la carga que implica tener un hijo o hija, La autora Cecilia Barría, para enfatizar esta disparidad, menciona que actualmente solo 16 de 33 países en Latinoamérica cuentan con legislación que regula la licencia paternal y estas tienen una extensión en promedio de dos a catorce días. En el caso de Guatemala según el inciso 2 del artículo 195 del Código del Trabajo, los padres cuentan con el derecho a solamente 5 días de permiso pagado en caso del nacimiento de un hijo. 

La mujer trae a su hijo al mundo, pero este no es solamente de ella. El trabajo no remunerado que requiere el mantenimiento del hogar y cuidado de los hijos debe de parar de recaer solamente en un individuo. Debemos comenzar a cambiar nuestro vocabulario y comportamiento para finalmente normalizar que los padres de familia tengan un rol igual de importante en la crianza. Un esposo no “ayuda en la casa o con los niños”, más bien, es parte del hogar e igual de responsable de estas tareas. Es importante que esperemos más de los hombres y que paremos de endiosar a los padres por cumplir responsabilidades básicas. Si queremos a más mujeres empoderadas y en cargos de poder debemos hacer de la maternidad una experiencia que no consuma toda la vida de la mujer que decida asumir este reto.