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La tierra como sujeta de derecho: una discusión pendiente

Fotografía: Karen Lara

Hablar de la tierra como sujeta de derecho ha dado algunos pasos en América del Sur, en especial en Ecuador, que en el 2008 incluyó en la Constitución un artículo que en el que se establece el respeto a la naturaleza y su existencia. Sin embargo, en Guatemala este tema aún no se ha discutido lo suficiente.

Según la antropóloga K’iche’, María Jacinta Xón, para hablar de la tierra como sujeta de derecho tiene que realizarse una discusión multidisciplinaria y a multiniveles, para establecer aspectos desde qué tipo de derecho se hará. Así como entender que “hay que cuestionar los fundamentos de eso que llamamos derecho”, explica.

Además, resalta que el tema de derechos de la tierra o vida, tendría que pasar por una deconstrucción misma de cómo se plantea la lógica de derechos tal cual, porque dentro del derecho universal hay un antropocentrismo grave.

La defensora del territorio y traductora, María Cuc Choc, comenta que el diálogos sobre la tierra como sujeta de derecho está latente. “Cuando decimos que la tierra está sujeta a nuestros derechos, en primer lugar ha existido la humanidad, no había grandes comercios, entonces el humano vivía de lo que encontraba en el territorio que le tocó vivir, pero ahora se ha comercializado mucho nuestro territorio. Y por eso lo estamos defendiendo, ya conocemos la importancia del valor de la tierra”, expresa.

En el 2022 otro país que se ha sumado a darle un lugar en las leyes a la naturaleza ha sido Chile, por medio de la Convención Constituyente aprobó los Derechos de la Naturaleza con el artículo 9, en el que dice: “Las personas y los pueblos son interdependientes con la naturaleza y forman, con ella, un conjunto inseparable. La Naturaleza tiene derechos. El Estado y la sociedad tienen el deber de protegerlos y respetarlos”. En Centroamérica por el momento no se ha llegado a ese punto aún.

Ana Sandoval, que es parte de la Resistencia de la Puya, está de acuerdo que la tierra debe tener derechos como los seres humanos, “Es un bien indispensable que tenemos que cuidar y defender”. Agrega que aunque no hay una política pública para establecer esos derechos porque no es algo que el Estado le interese. Desde las comunidades tal vez es algo que no esté tan posicionado como tal, pero cree que en la práctica la defensa de los territorios es eso lo que se hace y se busca.

La defensa del territorio

Para Xón, la defensa del territorio tiene relación con las acciones que implican defenderse de la expropiación y extractivismo. “Cuando te están quitando tu territorio y tú lo defiendes. Luego cuando se está dañando y de alguna manera se intenta que no se dañe”, recalca.

En el país los esfuerzos han sido en la defensa del territorio; la cual indica Choc que tiene bastante tiempo de realizarse.

“No es de hoy la defensa de la tierra, es desde la antigüedad porque es nuestro primer hábitat, es la madre que nos nutre, nos sostiene y antes de poder talar, poder construir una vivienda, hay que tomarlo muy en serio y con respeto”, resalta.

Aunque la situación de la tierra en Guatemala es compleja y desde el Estado no se busca resolver, sino criminalizar quienes defienden el territorio, Choc señala que la razón es porque no se desea arreglar la problemática agraria.

“La situación actual de la tierra, es un tema muy complejo. La tierra es nuestra y donde estamos viviendo, un país llamado Guatemala, existen muchas culturas. Más del 75% somos de diferentes etnias. Y todo esto solo una minoría está despojando, la que está acaparando nuestro territorio. Desde los gobernantes, se organizan y se asocian para adueñarse de todo este país”, cuenta.

Para la antropóloga K’iche’, los problemas de la tierra en Guatemala tienen sus orígenes en las geografías impuestas desde la colonia y que van determinando las luchas actuales. “En Guatemala estamos bajo ciertos grupos elitistas, lo único que ha cambiado es cómo se expropia”, subraya.

Mientras tanto en el país las y los defensores del territorio han sido criminalizados por sus luchas y por alzar la voz. Esto da un reflejo de lo complicado que es hablar de territorio y derechos en un país que ha dado sentencias para que se deje de dañar la naturaleza pero no ha sido suficiente.