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La salud sexual, un derecho que no se garantiza a las mujeres guatemaltecas

Fotografía: Getty Images. Diseño: Karen Lara

Hablar sobre los derechos sexuales y reproductivos en Guatemala es complejo, debido al conservadurismo. Cuando se trata de la sexualidad femenina, se puede observar cierto tabú o negación a hablar del tema. Además, dentro de la sociedad se demuestra un constante machismo, reflejado en la oposición a garantizar los derechos sexuales y reproductivos como parte de la salud de las mujeres.

Las mujeres tienen derecho a tomar decisiones sobre su vida sexual y reproductiva con libertad, confianza y seguridad, algo que el Estado debería garantizar con información y servicios. Pero en Guatemala ¿realmente se legisla con enfoque en los derechos sexuales?

Marcos legales que no se cumplen

Entre el año 1990 y 2000 se aprobaron leyes en el país como la ley de Planificación Familiar, la Ley de Desarrollo Social y Ley de Dignificación y Promoción Integral de la Mujer. Estas establecen y protegen los derechos sexuales y reproductivos. Estos derechos se enfocan más a los derechos reproductivos que a los derechos sexuales que son una categoría diferente.

Los derechos sexuales se refieren a la libertad de las personas para vivir su vida sexual de manera saludable, libre de abuso, coerción, violencia y discriminación. En este ámbito, las 3028 denuncias por violación sexual 1473 por agresión sexual y 533 por otros delitos sexuales contra las mujeres reflejan el incumplimiento de estos derechos.

Mientras que lo derechos reproductivos se refieren a la libertad de las personas para decidir si tener o no hijos, el tipo de familia que se quiere formar, acceder a información y planificación para hacerlo, a métodos anticonceptivos, al aborto legal y seguro, así como a los servicios adecuados sobre fertilización asistida y servicios de salud pre y post embarazo.

Dentro del marco legal se puede observar un progreso. Sin embargo, en las instituciones que aplican estos derechos se ve una amplia barrera para las mujeres guatemaltecas. Además, el machismo y el fanatismo religioso no permiten poner en la agenda social este tema.

Desde la perspectiva de la abogada Stephanie Rodriguez, en Guatemala no existe una ley que se enfoque en la juventud o en la educación sexual integral. Además, esto no es suficiente ya que se debe tener también herramientas y organizaciones para la implementación de las mismas.

La Educación Sexual Integral (ESI) es algo fundamental para el desarrollo como persona. Stephanie menciona que la educación es más que conocer los derechos, es conocer el propio cuerpo y qué implica la salud sexual en la vida de las personas.

A nivel institucional, el Ministerio de Salud y Asistencia Social (MSPAS) y Ministerio de Educación (Mineduc) son los que deben dar información e insumos a la población sobre educación sexual integral.

Por otra parte, el Grupo Multidisciplinario en Defensa de los Derecho Sexuales y Reproductivos, es una plataforma política que trabaja sobre estos derechos y apoyan a instituciones, a impartir cursos, a la sociedad civil, la niñez y adolescencia.

En el 2021 lanzaron una plataforma de monitoreo, fiscalización y vigilancia del cumplimiento de los Derechos Sexuales y Reproductivos en Guatemala llamado “Mirador”. Tiene como objetivo ser un programa de acción para verificar la efectividad de las políticas públicas en derechos sexuales.

Hasta el momento se puede ver que no se han cumplido los derechos sexuales y reproductivos por los índices que se muestran en la plataforma, especialmente la desprotección hacia las niñas reflejada en los 1225 embarazos en menores de 14 años registrados en 2020.

Las mujeres desconocen su cuerpo

Uno de los problemas mencionado por las entrevistadas es el desconocimiento de la anatomía femenina. Esto implica que algunas mujeres llegan a la edad adulta y no conocen su cuerpo y la necesidades que requieren, lo cual puede llegar a perjudicar a su propia salud.

La ginecóloga Aura Ester Tumn Bacaljol menciona que en algunos territorios de Guatemala hay mujeres que desconocen sus derechos, por lo tanto “el personal de salud se encarga de explicar estos temas y la importancia que tiene al hacerse exámenes”.

Luego de hacer los exámenes requeridos, si alguna mujer sale con alguna irregularidad, la ginecóloga o enfermera debe acompañarla en el proceso del tratamiento hasta que tenga una pronta recuperación.

Ellas deben hablarlo de una manera en la que las mujeres se sientan cómodas consigo mismas y que puedan sentirse seguras. “Como profesionales debemos tener empatía con las mujeres, mantenemos un vínculo con ellas”, menciona Aura.

Iniciativas como la ley 5272, buscan prohibir la educación sexual, cuando el sentido de la educación debe ser el conocimiento para que se pueda tomar decisiones. La sexualidad está vista con la única finalidad de la reproducción. Sin embargo, esto también implica disfrute, gozo y salud. Tener un vínculo con el cuerpo y vivir la sexualidad de una manera segura es uno de los elementos que se garantizan con los derechos sexuales y reproductivos.