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La historia de Pamela: buscar justicia desde la resiliencia

Pamela Azurdia, una mujer de 33 años y sobreviviente de violencia, contó a Ruda los avances en un proceso de denuncia que inició en contra del alcalde de Jocotenango y expareja; así como los detalles de su historia a través de palabras y dibujos. Pamela reiteró que cada día florece y se empodera junto a su mamá , hija y amigas. 

Foto: Angie Ross

Pamela inició una relación el 23 de julio de 2019 con Marcus Alexánder González Pérez, alcalde de Jocotenango, Sacatepéquez. Al principio: “todo estaba bien, él era un caballero, una buena persona”, comentó Pamela. Meses después Marcus cambió y empezó a ejercer violencia hacia ella. Para febrero de 2020, Pamela indicó que Marcus le hacía preguntas acerca de sus relaciones pasadas, a sus respuestas, él demostraba molestia, llegando hasta la violencia física y violencia psicológica. Él controlaba sus actividades, vigilaba lo que hacía y la hostigaba con llamadas. 

Cuando la situación se volvió insoportable ella interpuso una denuncia por  violencia contra la mujer en sus manifestaciones psicológicas en el ámbito privado, a través de la Fiscalía de la Mujer del Ministerio Público (MP) en el barrio Gerona, de la zona 1 capitalina. El proceso buscaba retirarle su derecho de antejuicio al jefe edil para poder investigarlo,  pero no prosperó. 

La Sala Regional Mixta de la Corte de Apelaciones en Antigua de Guatemala declaró improcedente las diligencias de antejuicio.

Dibujo sobre la justicia de Pamela Azurdia

En septiembre del 2022, los abogados de Pamela presentaron un amparo en la Corte de Constitucionalidad, que resolvieron el 15 de septiembre del mismo año, trasladándose a la Cámara de Apelaciones y antejuicios de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), solicitando un informe circunstanciado sobre el caso de Pamela a la Sala Regional Mixta de la Corte de Apelaciones de la Antigua Guatemala donde le negaron en quitarle la inmunidad al alcalde.  Están a la espera que se señale día y hora para una vista pública.

Una mala gestión por parte de las autoridades 

Pamela dijo que siente frustración, al enfrentarse a un proceso sin acceso a la justicia pronta, porque sabe que las mujeres a veces tienen el temor de denunciar porque las autoridades no reaccionan ante esas denuncias.

Ella indicó que interpuso la denuncia “a pesar de saber que estaba denunciando a un tipo al que sus allegados lo protegían”, eso no le quitó el impulso de poder buscar justicia. Pasar por procesos donde no se puede iniciar la investigación contra el agresor por gozar del derecho de antejuicio, para Pamela es una molestia y le genera rabia. 

Agregó que en la Sala Regional Mixta de Sacatepéquez, se enfrentó a diversas situaciones y la forma en que el juez pesquisidor José Luis de Jesús Samayoa Palacio tuvo trato hacia la abogada y ella, no fue una de las mejores experiencias.

“Fue un señor completamente amargado, abusivo, me cortaba cuando hablaba”, añadió Pamela El juez solo le mencionaba que lo narrado era para un informe.“A mí no me importa que sea para un informe, me tienen que escuchar toda mi historia. Me tienen que escuchar todo lo que yo viví no solo lo que a ellos les convenga”, enfatizó Pamela.

Dibujo de Pamela sobre las autoridades.

También ocurrió con el MP cuando ella interpuso la denuncia, donde dijo que esperó mucho tiempo, porque desde las 6 de la tarde estuvo en lugar y salió a las 3:30 de la mañana del día siguiente.  En el Instituto Nacional de Ciencias Forenses de Guatemala (Inacif)  en el área psicológica, cuando tuvieron que tomar las fotografías de su cuerpo, indicó que: “fueron completamente pesados, encima de todo, que llegamos vulnerables. Yo creo que hay muchas mujeres de los departamentos que les cuesta venir a la ciudad a poner una denuncia y que encima sean tratadas de esa manera, es injusto”.

Un proceso de sanación

Pamela expresó que lo importante al enfrentarse ante estas situaciones, es la unión entre mujeres: “alzando nuestra voz la justicia llega más pronta, y que nos pongan más atención a nosotras las mujeres, que con nuestras denuncias se den cuenta del nivel de violencia que se vive en Guatemala”.

Pamela pasó por un largo proceso, cuando realizó la denuncia dijo que recibió   apoyo psicológico  y que esto no le avergüenza decirlo. “Tengo las pruebas suficientes, y creo que el proceso para una mujer es poder sanar y volver a amarse a una misma, es necesario ir a terapias”.

“Porque dos mujeres unidas acuerpando es la fuerza” Pamela Azurdia dibujando el acompañamiento. Foto: Angie Ross

El acompañamiento de su madre, hija y amigas también le ayudó a crecer  profesional y personalmente, realizar aquellas actividades que había dejado atrás, a tomar espacios de participación y querer acompañar a otras mujeres que han pasado por los mismos procesos.

Mencionó  que no es fácil reconocer a un agresor, sobre todo porque normalizamos algunas cosas pequeñas como comentarios, chistes o burlas que nos hacen sentir incómodas y al final son señales que nos pueden advertir sobre conductas violentas.

Pamela enfatizó que vive una vida plena y feliz donde sigue buscando que en su caso se haga justicia y que nunca más se pueda repetir estas acciones.
La resiliencia y alzar la voz 

La abogada Karla Campos, del Grupo de Apoyo Mutuo (GAM), comentó  que este tipo de casos son los más complejos porque no solo tienen que ver con el tema del poder de los hombres y  del machismo que hay en el país, que está muy insertado, también tiene que ver con un poder político: “como mujeres tal vez sentimos que llevamos las de perder, porque tal vez, no sentimos que nuestra voz sea escuchada y eso  puede provocar en algún momento algún tipo de frustración”.

También mencionó que se debe seguir evidenciando estos problemas: “tenemos que ser valientes como mujeres y alzar la voz, no silenciarnos, tenemos que hablar, nos tenemos que quejar.” 

Dijo que el problema también radica en las autoridades estatales que no atienden al llamado. Para la abogada, Pamela realiza un acto de sobrevivencia, y  está siendo resiliente al creer que al interponer una denuncia va a lograr algún tipo de justicia en algún momento. 

“Es muy importante que las mujeres hagan escuchar su voz, que no guarden silencio aunque aparentemente no seamos escuchadas, en algún momento tanta queja va a resonar,  esto provocará que también se mueva el sistema y que se de cuenta de lo mal que está haciendo su trabajo y en algún momento vamos a lograr obtener el cambio”, finalizó la abogada.

Dibujo sobre la palabra resiliencia y crecieminto.

“Hay momentos en los que desconfío de la justicia, pero no doy marcha atrás y no me voy a quedar callada. Voy a seguir escribiendo. Voy a seguir contando mi historia y eso me ha ayudado a sacar todo el mal momento que yo pude haber vivido con este tipo, pero también me ha ayudado a empoderarme y a crecer ", afirmó Pamela.


El GAM presentó recientemente un informe donde señaló que entre enero y febrero de este año según datos del MP, los delitos cometidos contra la mujer suman un total de 8 mil 549 víctimas de violencia. Sobre las víctimas de violación sexual son un total de  1 mil 186. La abogada Campos enfatizó que las mujeres deben seguir denunciando porque esto puede sentar precedentes y llegar a altas demandas que pueden generar soluciones, para que las instituciones puedan responder eficientemente a los casos de violencia contra las mujeres.