RUDA

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Escuchar a la naturaleza y reconectarse: reflexiones sobre la pandemia actual desde la cosmovisión maya.

Desde el año pasado y a principios de este año, como practicante de la espiritualidad Maya al igual que otros ancianos, la naturaleza y el cosmos nos dio muchas visiones. Por ejemplo: en muchos lugares aparecieron muchas hormigas rojas grandes y amarillas. Eso significa que algo grave viene a perjudicar la salud física y mental de la persona humana, lo cual se entiende por los colores: el color de la piel y de la sangre. Otro ejemplo: hay noches en que la abuela luna se manifestaba muy grande y de un color rojizo amarillento. También nos estaba anunciando a las personas que teníamos que cuidarnos nuestro cuerpo porque estas señales, desde nuestra Cosmovisión Maya, reflejan al ser humano ya que cada persona se engendra y se nace bajo los ciclos de la luna.

Entonces nosotros como ancianos de nuestro consejo empezamos a recomendar que se cuiden su cuerpo y al mismo tiempo que mantengamos firmes nuestras prácticas ancestrales, nuestro estilo de vida tanto de pensar, de alimentarnos y de ser agradecidos con la Madre tierra que nos da todo lo necesario para nuestra vivencia como humanos, ya que se aproximan dificultades por el desequilibrio del ser humano con la naturaleza. Al mismo tiempo hubo atardeceres en ciertos días que se ponía muy tristes. El espacio oscuro con nubes negras que reflejaban la tristeza, angustia y miedo que las personas van a sentir. Nuestra respuesta como Ajq’ij señala la desconexión del ser humano con su ser y con el cosmos. Cuando llegó la noticia que la epidemia llega en Guatemala, en lo personal invité a mi familia, mis hijos, para agradecer la existencia y pedir al creador y formador de la vida que nos proteja y nos cuide de todo tipo de miedo, y al mismo tiempo que nos libere de todas las enfermedades, tomando en cuenta las recomendaciones de nuestros ancestros que están plasmadas en los códices y escuchando la naturaleza.

Con el tiempo tuve la oportunidad de ayudar energéticamente a algunas personas y familias que ya estaban infectadas de esta enfermedad, levantándoles el ánimo y ayudando a que con la fe, la mente positiva y la ayuda del gran Ajaw (Dios) pudieran vencer toda esta experiencia de COVID-19. Y estoy muy agradecida con el Creador de la vida, porque todas estas personas que sirvieron en cuarentena vencieron esta enfermedad y dan fe que la energía del gran Creador y de los Abuelos y Abuelas. A través de la ceremonia Maya se llenaron de energía y encontraron la sanación en sus vidas.

Todo lo que está pasando a nuestro alrededor, desde los pueblos originarios, lo miramos como el reflejo de nuestra actitud, de nuestra forma de ser con pensamientos negativos, con una lucha de competencia que al no respetar la vida y la naturaleza nos ha llevado a un individualismo, una total desconexión con nuestro ser. Por lo tanto, toda esta crisis que estamos pasando es un llamado a la reflexión para el ser humano, pues la contaminación, tanto del ambiente como de la mente y del espíritu ya no puede seguir así. La pandemia que nos está atacando, que se produce día a día a nivel mundial, nos exige un cambio de pensamiento y de acciones, ya que el destino de la humanidad depende de nosotros mismos, de nuestro accionar. Es momento de poner nuestra mente y nuestras acciones en una actitud más positiva, en no generar una psicosis. Es mejor pensar en el fin para el cual nacimos. Pensar en cuál es nuestra misión y función sobre la Madre Tierra ya que la vida no es eterna.

Desde nuestra cosmovisión, estos tiempos actuales nos invitan a ser personas de luz, a guiarnos en los buenos caminos, buscar la armonía, valorar la vida, respetar todo lo que está a nuestro alrededor y levantar nuestra autoestima como personas para crear nuevas formas de vivir tanto en lo espiritual y en lo material; actuar con pensamientos positivos con nosotros mismos y con la naturaleza ya que somos parte de un solo, somos tierra, agua, aire y fuego. Vendrán muchos cambios. Se trata de buscar una forma para defendernos de todo tipo de epidemias haciendo uso de nuestras plantas sagradas que la misma tierra nos brinda. Si retornamos a las prácticas ancestrales con los valores y respeto, nuestros ancestros serán luminosos con su sabiduría, que nos sostiene nuestra existencia sobre el planeta Tierra.