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El machismo restringe la autonomía femenina

Collage: Nora Pérez

La alerta Isabel-Claudina nació en 2016 como respuesta a los casos de María Isabel Véliz y Claudina Velásquez, dos jóvenes mujeres víctimas de violencia. Desde entonces, se ha convertido en un mecanismo para la búsqueda inmediata de mujeres desaparecidas en Guatemala.

Por Angie Ross

El uso indebido de la alerta Isabel-Claudina por parte de algunos padres como herramienta de control parental abusivo, ha generado serias preocupaciones. Este abuso no solo desvirtúa la intención original de la alerta, sino que también puede tener consecuencias negativas en el desarrollo e independencia de las y los jóvenes.

A inicios del mes de junio, por redes sociales circuló una publicación sobre una alerta Isabel-Claudina, en donde habían afirmado la desaparición de una chica llamada Ana Sofía. Sin embargo después de poco tiempo, ella anunció que se encontraba bien y que no le había ocurrido nada.

Ana Sofía publicó un mensaje en su cuenta de X (Twitter) para aclarar la situación, donde explicó que se encontraba bien y que había decidido dejar su casa por motivos personales. Añadió una declaración importante que arrojó más luz sobre la situación:

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"Lastimosamente mi mamá tomó la alerta como chiste y no yo. Ella no pudo captar mi decisión de que para empezar, me estoy yendo porque nuestra relación es pésima, y su modo de defensa para que yo 'regrese' fue poner una alerta falsa”.

Ruda entrevistó a la psicóloga Jennifer Roma quien nos explicó más sobre la importancia de la autonomía de las jóvenes.

La psicóloga Roma destaca que, aunque Guatemala sigue siendo un país conservador y machista, es importante reconocer cómo los pensamientos retrógrados afectan la autonomía de las mujeres. En muchos casos, se observa que los padres de familia solo conceden ciertos derechos a los hombres y no a las mujeres, perpetuando la idea de que estas últimas únicamente pueden abandonar el hogar una vez estén casadas. Este enfoque limitante no solo refleja una visión arcaica de los roles de género, sino que también restringe el desarrollo personal y la libertad de las mujeres.

Control paterno y violencia social

La psicóloga señaló que, si bien es cierto que vivimos en un país violento, esta realidad no justifica las acciones de los padres para controlar excesivamente la vida de sus hijas. Sin embargo, reconoce que el temor a la violencia puede ser una razón por la cual los padres tienden a querer tener más control sobre las jóvenes. 

Explica que este control excesivo puede impedir el desarrollo de las jóvenes como seres independientes y como adultas jóvenes. Además, mencionó que los padres pueden experimentar sentimientos de culpa y un miedo irracional de que sus hijas no puedan desenvolverse sin su supervisión, incluso cuando ellas ya tienen una edad adulta, como es el caso de una persona de 22 años.

Roma nos contó que el impacto psicológico en las jóvenes cuando sus padres no les permiten ser autónomas, es significativo. Destacó que en la adolescencia se busca la independencia, el desarrollo de la propia identidad y la capacidad de tomar decisiones por sí mismas. Sin embargo, cuando los padres no permiten esa autonomía, se genera un conflicto que afecta varios aspectos psicológicos.

En primer lugar, se menciona el desarrollo de la identidad. "El impacto psicológico que nos puede provocar es el desarrollo de la identidad. Yo pensaría que vamos a dejar de sentir que tenemos una identidad propia, porque los padres están implementando una identidad en nosotros, entonces las hijas y los hijos son obligados a hacer o dejar de hacer cosas,  quitando la capacidad de esa toma de decisiones".

Además, se señala que se les quita el derecho al desarrollo de habilidades, especialmente en la toma de decisiones. “Si los padres siempre deciden por ellas, las jóvenes no tendrán la oportunidad de aprender a tomar decisiones por sí mismas, lo que afectará su capacidad para desarrollar habilidades de responsabilidad y autoconfianza”.

Por último, mencionó la autoconfianza como otro aspecto afectado. Explicó que las jóvenes están acostumbradas a tomar las decisiones de sus padres como propias, y pueden comenzar a dudar de su capacidad para tomar decisiones por sí mismas, lo que disminuye su confianza.

Los roles de Género

Al explicar cómo las expectativas de género arraigadas en la sociedad guatemalteca y latinoamericana perpetúan el control sobre las mujeres, la psicóloga hizo énfasis en el machismo arraigado en la cultura. Este machismo dicta que las mujeres solo pueden salir de casa mediante el matrimonio. Sin embargo, señaló que esta mentalidad está siendo desafiada por una nueva generación de mujeres que están reclamando su autonomía y valor.

La psicóloga Roma reflexionó sobre la inseguridad, tanto dentro como fuera del hogar, señalando que el temor a lo desconocido puede limitar la apertura mental para considerar nuevas perspectivas. Destacó que este miedo social, compartido por la sociedad en general, contribuye a la perpetuación de roles de género restrictivos. En este sentido, mencionó cómo la enseñanza tradicional sobre la sexualidad femenina condiciona la percepción de la independencia y la autonomía de las mujeres.

"Nos han enseñado que la independencia y la autonomía de las mujeres son una amenaza a la estabilidad social, relegándonos a un punto en el que la libertad sexual es tabú y nuestra sexualidad se ve limitada a lo que es el matrimonio", aseguró.

La profesional de la salud mental profundizó en el tema de la autonomía femenina y destacó la importancia de la comunicación y el enfrentamiento de situaciones difíciles en el seno familiar. Expresó que la libertad de expresión y la capacidad de comunicar son fundamentales para resolver conflictos y avanzar hacia una vida independiente y auténtica. Sin embargo, reconoció que muchas mujeres enfrentan obstáculos en este camino, especialmente aquellas que sufren violencia dentro de sus hogares.

Al abordar el tema del miedo, subrayó la necesidad de que las mujeres se empoderen y tomen decisiones basadas en su propio criterio, en lugar de sucumbir al temor impuesto por situaciones de violencia. 

Concluyó enfatizando la importancia de que las mujeres sepan que merecen respeto y dignidad en todas las facetas de su vida, y que no deben aceptar la violencia como una realidad inevitable.