RUDA

View Original

El femicida de Luz María quiere que se repita el juicio

El 11 de octubre de 2022, Jorge Zea fue sentenciado a 50 años de prisión inconmutables por el femicidio de Luz María López Morales, su esposa. Su defensa decidió apelar esta sentencia y busca revertir el proceso legal en su contra. Ahora, la Sala de Apelaciones deberá resolver en un lapso de 10 días.

El juicio inició el 26 de julio del 2022, a más de un año y medio del femicidio de Luz María López Morales, una joven de 25 años que trabajaba en el Modelo de Atención Integral de Niñez y Adolesencia (MAINA) del Ministerio Público (MP). Sus padres, Ada Morales y Byron López, participaron como querellantes adhesivos, siendo representados por el Instituto de la Víctima. Durante tres meses, el Tribunal Segundo de Femicidio escuchó diversos testimonios y peritajes y observó más de setenta pruebas materiales y documentales presentadas por la Fiscalía contra el Delito de Femicidio del MP. El 11 de octubre, se emitió una sentencia en contra de Zea por el femicidio de su esposa.

Manta colocada por la familia de Luz María. / Fotografía: Kristhal Figueroa

El tribunal reconoció que Luz María fue sometida a una espiral de violencia, expresada de distintas maneras, como la económica, física y psicológica. Señaló, además, que hubo tortura previa al femicidio. Por estos motivos y gracias a la evidencia presentada, Zea fue condenado a cincuenta años de prisión inconmutables, la pena máxima para el delito de femicidio. 

Durante el proceso penal, se reconoció a la hija de Luz María y Jorge Zea como víctima colateral del crimen. Junto a la sentencia, el tribunal también estableció medidas restaurativas para la familia, como una beca de estudios para la niña, y acciones institucionales para la “no repetición” de los hechos. Meses después, el 9 febrero de 2023, se inauguró un monumento en memoria de Luz María al final de la Avenida Simeón Cañas, en el lugar donde su cuerpo fue encontrado el 22 de enero del 2021. 

La apelación 


La defensa de Zea decidió apelar la sentencia, bajo el argumento que existió una injusticia notoria. Este recurso permitiría que las pruebas presentadas en el caso de Luz María fueran analizadas de nuevo. Es decir, si la apelación es aceptada, el juicio debería repetirse y se dictaría sentencia de nuevo.


Para que esto no suceda, la familia de Luz María, a través de la representación legal brindada por el Instituto de la Víctima, presentó una contraargumentación el 22 de marzo. Esta señala que la evidencia presentada y validada durante el debate oral y público (17 peritos, 33 testimonios, 269 documentos y 75 pruebas materiales y audiovisuales) fue suficiente para lograr una condena firme en contra de Zea. 

Ada Morales presenta la contraargumentación para el trámite de apelación. / Fotografía: Kristhal Figueroa

“Hay una condena ya de cincuenta años y todavía no es firme. La palabra de un femicida no puede valer más que la de un juez o un tribunal. No puede botar lo que un tribunal ya declaró. Para mí es una burla estar aquí hoy”, expresó Ada Morales, mamá de Luz María. 

El caso será ahora conocido por la Sala Segunda de la Corte de Apelaciones del Ramo Penal de Delitos de Femicidio y otras Formas de Violencia contra la Mujer y Violencia Sexual. Al tratarse de un trámite de segunda instancia, el tribunal conoce los argumentos por escrito y notifica su resolución de la misma manera. Según el Instituto de la Víctima, se debe dar una respuesta a la apelación en un máximo de diez días. 

La lucha continúa 

La familia de Luz María acudió a la sala de apelaciones el 22 de marzo, con el propósito de acompañar la entrega de la contraargumentación. Portaban mantas, carteles y playeras que leían #JusticiaParaLuzMaría. La acción fue acompañada por la Canción Sin Miedo reproducida desde una bocina. 

“Pensaba que al dar una condena, esto iba a parar. Necesitamos que el femicida quede en la cárcel y no salga libre. Espero que esta apelación quede sin lugar y que nos den la respuesta pronto”, finalizó Ada Morales. 

Familiares de Luz María acompañan la presentación de la contraargumentación. / Fotografía: Kristhal Figueroa