La agente María de los Ángeles López Guzmán, quien testificó en la audiencia del 7 de octubre por el #CasoHogarSeguro, dijo que estaba armada durante el servicio que prestó en el albergue. Sin embargo, cuatro testigos más aseguraron que a todas y todos los policías se les ordenó presentarse al lugar sin armas.

Por Jasmin López

La oficial de la Policía Nacional Civil (PNC) María de los Ángeles López Guzmán fue una de las agentes llamada a prestar apoyo en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción, el 7 de marzo de 2017. La situación ese día se había salido de control: alrededor de sesenta niñas, niños y adolescentes escaparon del albergue estatal, en donde eran víctimas de maltratos físicos y sexuales.

Cuando López Guzmán llegó al lugar, las y los menores de edad ya habían sido localizados y devueltos al hogar, donde los separaron en grupos de hombres y mujeres, al resguardo de agentes de su mismo sexo. López, quien en ese entonces servía en la Comisaría 13, bajo el mando del acusado Luis Armando Pérez Borja, relató que cuando llevó a las niñas al interior del albergue portaba su equipo habitual, el cual incluía su arma de fuego. Los testimonios de las otras cuatro policías que declararon en la audiencia la contradicen en ese punto: todas ellas aseguraron que no llevaban armas.

Las agentes Guadalupe Serveño, Grecia Amador, Delci Monzón e Imelda Gonzáles formaron parte del grupo de mujeres asignadas para el resguardo de las 41 niñas y adolescentes que murieron en el Hogar Seguro, y de las 15 que sobrevivieron con heridas graves. Serveño escoltó a 5 menores de edad de regreso al albergue, después de encontrarlas en la vía pública usando teléfonos públicos. De acuerdo al relato de Monzón, las agentes de la Comisaría 13 recibieron la orden de entregar sus armas de fuego en la armería antes de entrar al Hogar Seguro. Mozón aseveró que solo portaban batones dentro de las instalaciones. Sin embargo, no recuerda si firmó el registro en la armería. 

El testimonio de Amador es el más extraño de todos los que se escucharon en esta audiencia. Testigos anteriores, entre los que se cuentan policías y bomberos que estuvieron presentes en el lugar de los hechos, coinciden en que  dentro del Hogar las 56 niñas fueron encerradas bajo llave en un salón demasiado pequeño para ese grupo. Cuando el fuego que inició en una de las colchonetas que les habían dado a las niñas para dormir se extendió, la exsubinspectora Lucinda Marroquín se negó a abrir la puerta, a pesar de las súplicas de sus subordinadas y los gritos de auxilio de las niñas. Grecia Amador refirió que esta puerta no estaba cerrada y permaneció abierta hasta las 4:00 horas de la madrugada, momento en que finalizó su turno. El incendio comenzó horas después, cerca de las 8:58 horas del 8 de marzo de 2017.

Las declaraciones de las cinco agentes se suman a las brindadas por más de 30 testigos que han declarado en el caso, en el que están imputados 8 funcionarios del Gobierno que tenían bajo su responsabilidad el bienestar de las y los niños del Hogar Seguro.

Las contradicciones en las declaraciones podrían estar motivadas por la búsqueda de impunidad para las y los imputados en el caso.