A la misma hora y en el mismo lugar que ocurrió hace dos años el crimen contra 56 niñas, las familias de las víctimas rinden un homenaje
Este 8 de marzo, se conmemoró el segundo aniversario de la masacre del Hogar Virgen de la Asunción. Dentro de este marco, la acción NOS DUELEN 56, mediante el colectivo 8 Tijax, Prensa Comunitaria y Mujeres Transformando el Mundo, realizaron una actividad junto a algunas familias de niñas fallecidas y sobrevivientes, en las antiguas instalaciones de este hogar, que hoy en día se encuentra en remodelación para que funcione como el primer centro especializado de reinserción para jóvenes.
Las madres de las menores fallecidas y sobrevivientes realizaron varios actos simbólicos en homenaje a las 56 adolescentes víctimas del fallido sistema de protección que debía darles resguardo y abrigo al encontrarse en ese lugar.
Mientras el sonido de la chirimía y el tambor estremecían a los asistentes, las madres colocaron flores a las ilustraciones de las 41 fallecidas, en las afueras del hogar — en donde la noche del 7 de marzo del 2017 fueron ubicadas y maltratadas por parte de elementos de la Policía Nacional Civil — .
Inmediatamente después de dar la bienvenida a los medios y asistentes, la religiosa hondureña Ligia Sevilla, de la congregación de Notre Dame, dio unas palabras en memoria de las menores y también para sus familias. Posteriormente, algunas madres tomaron la palabra recordando a sus hijas, pidiendo pronta justicia en el caso penal y sobre todo, remarcaron que sus hijas no eran delincuentes y, pidieron a la sociedad guatemalteca no seguir condenando a las madres ya que se ha creado un estigma alrededor de ellas sin conocer las razones por las que cada una de sus niñas se encontraba en ese lugar.
Sin duda, uno de los momentos más duros, fue cuando soltaron varias palomas blancas, como símbolo del alma de las 41 adolescentes fallecidas, también como símbolo de 41 sueños interrumpidos y 41 vidas truncadas por negligencia y crueldad de las autoridades de las que dependían las menores.
Finalmente, sembraron en una parte del terreno del Hogar, un árbol frutal, que según las madres significa que las 41 nutrirán ese árbol, cuyos frutos recordarán que siguen presentes y que no serán borradas de la memoria colectiva.
Cabe mencionar, que por segundo año consecutivo, los bomberos voluntarios de San José Pinula, se presentan al hogar a rendir un homenaje a las víctimas de esta masacre. Los bomberos de esta compañía fueron quienes trasladaron a la mayoría de las adolescentes a los centros hospitalarios la mañana del 8 de marzo. Sin duda alguna, fue un evento que marcó la vida de estos servidores públicos que gracias a su labor hicieron todo lo posible para brindar de forma inmediata sus servicios con el objetivo único de poder salvarles la vida a quienes lograron encontrar con vida.
Luego de esta actividad, las madres llevaron flores a la “Plaza de las niñas”, en donde se estaban llevando a cabo distintas actividades en memoria de las 56 adolescentes. Algunas de las actividades realizadas fue una obra de teatro; la realización de tejidos con los nombres de las niñas bordados para las cruces del parque; una ceremonia maya y una acción en la cual se colocaron 41 pares de zapatos de mujer, dentro de un cuadro de 6.8 x 7 metros cuadrados — las medidas del salón de clases en donde fueron encerradas. — y cada par de zapatos con el nombre de cada una de las adolescentes.
Es así como se suman estas y otras actividades en Guatemala y otras partes del mundo, a la conmemoración del segundo aniversario de esta masacre que sin duda ha dejado una huella profunda en la historia de nuestro país.